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Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

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<strong>de</strong> la Calamar, amenazaban <strong>Lankhmar</strong>. <strong>Las</strong> pérdidas numéricas refrenaban a los<br />

roedores todavía menos que a los hombres, y las compensaban con mayor rapi<strong>de</strong>z. Y<br />

aquella horrible amenaza se cernía sobre <strong>Lankhmar</strong>, una ciudad hacia la que el Ratonero<br />

sentía cierto afecto, como el <strong>de</strong> un hombre hacia un animalito doméstico <strong>de</strong> gran tamaño.<br />

Sin embargo, las ratas que la amenazaban, ya fuese gracias al adiestramiento <strong>de</strong> Hisvet o<br />

por algún otro motivo, poseían una inteligencia y una organización que producían pavor y<br />

maravilla. Imaginaba tropas <strong>de</strong> ratas negras recorriendo la ciudad sin ser vistas, por los<br />

jardines y a lo largo <strong>de</strong> los sen<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> la plaza, más allá <strong>de</strong>l resplan<strong>de</strong>ciente salón<br />

arbóreo, ro<strong>de</strong>ándole y tendiéndole una emboscada, fila tras fila <strong>de</strong> enemigos negros.<br />

También era consciente <strong>de</strong> que había perdido la confianza que el veleidoso Glipkerio<br />

<strong>de</strong>positara en él, y que Hisvin e Hisvet, tras su <strong>de</strong>rrota en apariencia total, habían vuelto<br />

las tornas y él tenía que enfrentarse a ellos y <strong>de</strong>rrotarles <strong>de</strong> nuevo, <strong>de</strong>l mismo modo que<br />

<strong>de</strong>bía recuperar el favor <strong>de</strong> Glipkerio.<br />

Pero Hisvet, lejos <strong>de</strong> ser un enemigo a <strong>de</strong>rrotar, era la muchacha <strong>de</strong> la que estaba<br />

prendado, la única mujer que podía <strong>de</strong>volverle la plenitud <strong>de</strong> sus faculta<strong>de</strong>s. Tocó con las<br />

yemas <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos la pequeña protuberancia que el dardo había levantado en su sien.<br />

No le costaría nada extraerlo a través <strong>de</strong> su <strong>de</strong>lgada cubierta <strong>de</strong> piel, pero temía lo que<br />

pudiera ocurrirle entonces: tal vez no sólo per<strong>de</strong>ría su saciedad hastiada, sino también el<br />

jugo <strong>de</strong> todas las sensaciones, o incluso la vida misma. A<strong>de</strong>más, no quería abandonar<br />

aquel vínculo <strong>de</strong> plata con Hisvet.<br />

Un crujido en la grava <strong>de</strong>l sen<strong>de</strong>ro, un tenue ruido <strong>de</strong> pisadas que, no obstante,<br />

correspondía a más <strong>de</strong> un par <strong>de</strong> pies, le hizo alzar la vista. Dos esbeltas monjas,<br />

enfundadas en las túnicas negras <strong>de</strong> los dioses <strong>de</strong> <strong>Lankhmar</strong> y tocadas con las habituales<br />

capuchas estrechas y picudas que les ocultaban por completo el rostro, se aproximaban a<br />

él, cogidas <strong>de</strong>l brazo.<br />

El Ratonero había conocido cortesanas en la plaza <strong>de</strong> las Delicias Oscuras capaces <strong>de</strong><br />

ponerse cualquier atuendo para inflamar a sus clientes, nuevos o regulares, y captar o<br />

reavivar su interés: el vestido roto <strong>de</strong> una mendiga, los calzones, el jubón corto y el pelo<br />

casi cortado al rape <strong>de</strong> un paje, las cuentas y ajorcas <strong>de</strong> una esclava <strong>de</strong> las Tierras<br />

Orientales, la fina cota <strong>de</strong> mallas, el yelmo con visera y la <strong>de</strong>lgada espada <strong>de</strong> un príncipe<br />

guerrero <strong>de</strong> aquellas mismas regiones <strong>de</strong> Nehwon, el crujiente follaje <strong>de</strong> una ninfa <strong>de</strong> los<br />

bosques, las algas ver<strong>de</strong>s o purpúreas <strong>de</strong> una ninfa marina, el vestido recatado <strong>de</strong> una<br />

colegiala, el traje bordado <strong>de</strong> una sacerdotisa <strong>de</strong> cualquiera <strong>de</strong> los dioses en <strong>Lankhmar</strong>...,<br />

los habitantes <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> la Toga Negra nunca suelen molestarse por las blasfemias<br />

contra tales dioses, puesto que los hay a millares y se les sustituye con facilidad.<br />

Pero había un solo atuendo con el que ninguna cortesana se habría atrevido a<br />

disfrazarse: la túnica negra, sencilla, recta, y la capucha <strong>de</strong> una monja <strong>de</strong> los dioses <strong>de</strong><br />

<strong>Lankhmar</strong>.<br />

Y, sin embargo...<br />

Cuando estaban a una docena <strong>de</strong> pasos <strong>de</strong> él, las dos esbeltas figuras negras se<br />

<strong>de</strong>sviaron <strong>de</strong>l sen<strong>de</strong>ro hacia el árbol más cercano <strong>de</strong>l salón arbóreo. Mientras una <strong>de</strong> ellas<br />

separaba las ramas, la manga negra colgando <strong>de</strong> su brazo como un ala <strong>de</strong> murciélago, la<br />

otra se internó bajo el ramaje. La primera la siguió rápidamente, pero no antes <strong>de</strong> que su<br />

capucha se <strong>de</strong>slizara un poco hacia atrás, mostrando, por un instante, al tenue resplandor<br />

violeta <strong>de</strong> una avispa, el rostro sonriente <strong>de</strong> Frix.<br />

Al Ratonero le dio un vuelco el corazón y se dirigió corriendo al árbol.<br />

Cuando entró, bajo una lluvia <strong>de</strong> flores blancas arrancadas, como si el mismo árbol le<br />

diese la bienvenida arrojándoselas, las dos esbeltas figuras vestidas <strong>de</strong> negro se<br />

volvieron hacia él y echaron atrás sus capuchas. Al igual que el Ratonero había visto a<br />

bordo <strong>de</strong> la Calamar, Frix tenía el oscuro cabello recogido con una re<strong>de</strong>cilla <strong>de</strong> plata. Aún<br />

sonreía, aunque su expresión era grave y distante. Pero la cabellera <strong>de</strong> Hisvet se<br />

expandía en todo su esplendor rubio plateado, tenía los labios fruncidos <strong>de</strong> un modo

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