04.07.2013 Views

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

cincel entre ellas penetraba una luz amarillenta, que no brillaba pero oscilaba y titilaba y<br />

era muy distinta a la emitida por los campos, las avispas luminosas y las minúsculas<br />

antorchas.<br />

Pasó ante una abertura enmarcada en mármol y vio que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí <strong>de</strong>scendían unos<br />

escalones también <strong>de</strong> mármol. Entonces penetró entre dos <strong>de</strong> las columnas <strong>de</strong> roca y se<br />

<strong>de</strong>tuvo en el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> un lugar maravilloso.<br />

Era una caverna <strong>de</strong> roca natural más o menos circular, cuya ^altura la conformaban<br />

numerosas ratas en hilera y su longitud y anchura la <strong>de</strong> muchas más, llena <strong>de</strong> agua que<br />

ondulaba ligeramente y emitía una débil luminosidad amarillenta, proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> un<br />

agujero gran<strong>de</strong> y ancho situado bajo el agua, con una longitud más o menos como la <strong>de</strong><br />

una pica <strong>de</strong> rata, en el otro extremo <strong>de</strong> la caverna <strong>de</strong> techo reluciente. Alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> aquel<br />

lago marino, a unas dos picas <strong>de</strong> rata por encima <strong>de</strong>l agua, discurría el camino <strong>de</strong> roca,<br />

bastante estrecho, que parecía en parte natural y en parte tallado con cinceles y picos,<br />

don<strong>de</strong> ahora se encontraba el Ratonero. En su extremo más alejado, en las sombras por<br />

encima <strong>de</strong>l gran agujero subacuático, pudo distinguir vagamente las formas y las armas<br />

<strong>de</strong>stellantes <strong>de</strong> una media docena <strong>de</strong> ratas inmóviles que con toda evi<strong>de</strong>ncia montaban<br />

guardia.<br />

Mientras el Ratonero observaba, la luz amarillenta se hizo más amarilla todavía, y<br />

comprendió que <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> ser la luz <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> madura, seguramente la tar<strong>de</strong> <strong>de</strong>l día en<br />

que había entrado en el mundo <strong>de</strong> las ratas. Puesto que el sol se ponía a las seis <strong>de</strong> la<br />

tar<strong>de</strong> y él había penetrado en aquel mundo pasadas las tres, apenas habían transcurrido<br />

tres <strong>de</strong> sus nueve horas. Más importante todavía era el hecho <strong>de</strong> que había vinculado el<br />

paso <strong>de</strong>l tiempo en el mundo <strong>de</strong> las ratas con el <strong>de</strong>l gran mundo superior, y el alivio que<br />

esto le produjo le sorprendió un poco.<br />

También creyó haber <strong>de</strong>scubierto el secreto <strong>de</strong> la brisa húmeda. Sabía que ahora la<br />

marea estaba subiendo, más o menos una hora antes <strong>de</strong> alcanzar su máxima altura, y al<br />

hacerlo lanzaba el aire atrapado en la caverna a través <strong>de</strong>l pasadizo. Con la marea baja,<br />

el gran agujero negro estaría en parte por encima <strong>de</strong>l agua, permitiendo que el aire <strong>de</strong> la<br />

caverna se refrescara <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el exterior. Era un sistema <strong>de</strong> ventilación bastante logrado<br />

aunque intermitente. Tal vez algunas <strong>de</strong> aquellas ratas eran un poco más ingeniosas <strong>de</strong> lo<br />

que él había supuesto.<br />

En aquel instante notó un toque ligero, inhumano, en el hombro <strong>de</strong>recho. Al volverse,<br />

vio que se apartaba <strong>de</strong> él, con el estoque <strong>de</strong>senvainado y algo la<strong>de</strong>ado, la rata vestida y<br />

enmascarada <strong>de</strong> negro que le había molestado antes en el retrete.<br />

—¿Qué significa esto? —chilló —. Por la cola sin pelos <strong>de</strong>l dios rata, ¿por qué me<br />

persigues como un gato a un hurón? ¡Respon<strong>de</strong>, perro negro!<br />

En un lankhmarés mucho menos ratonil que el <strong>de</strong>l Ratonero, el otro le preguntó con<br />

sosiego:<br />

—¿Qué hacéis en esta zona restringida? Debo pediros que os quitéis la máscara,<br />

señor.<br />

—¿Que me quite la máscara? ¡Primero veré <strong>de</strong> qué color tienes el hígado, ratita! —se<br />

jactó el Ratonero temerariamente, sabiendo que ahora sería inútil cambiar <strong>de</strong> actitud.<br />

—¿Debo llamar a mis subordinados para que os <strong>de</strong>senmascaren a la fuerza? —inquirió<br />

el otro en el mismo tono suave—. Pero no es necesario. Tu renuencia a <strong>de</strong>senmascararte<br />

es la confirmación <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong> que eres, en efecto, el humano reducido <strong>de</strong> tamaño por<br />

medios mágicos que ha venido a espiar en <strong>Lankhmar</strong> Subterráneo.<br />

—¿Otra vez ese espectro creado por el opio? —replicó el Ratonero, <strong>de</strong>jando caer la<br />

mano sobre la empuñadura <strong>de</strong> Escalpelo—. ¡Lárgate, ratón loco teñido con tinta, antes <strong>de</strong><br />

que te corte en pedazos!<br />

—Tanto vuestras amenazas como vuestras fanfarronadas son inútiles, señor —<br />

respondió el otro con una risa baja y carente <strong>de</strong> humor—. ¿Os preguntáis cómo he<br />

llegado a asegurarme <strong>de</strong> vuestra i<strong>de</strong>ntidad? Supongo que os creéis muy listo, pero en

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!