Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf
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En cualquier caso, ahora su actividad y su <strong>de</strong>seo se centraban en salir <strong>de</strong> la Cámara<br />
<strong>de</strong>l Consejo lo antes posible. En seguida se le ocurrió una estratagema e hizo una señal a<br />
un paje.<br />
—Llama una litera —le or<strong>de</strong>nó—. Ezta <strong>de</strong>liberación me ha fatigado. Eztoy mareado y<br />
tengo una pierna acalambrada. Iré un rato a cazar para <strong>de</strong>zcanzar con mi mujer.<br />
Skwee se volvió para mirarle.<br />
—¿Mujer? —le preguntó en tono incrédulo.<br />
El Ratonero respondió sin la menor vacilación:<br />
—Zi tengo el capricho <strong>de</strong> llamar ezpoza a mi querida, no creo que zea azunto tuyo.<br />
Skwee se quedó un rato mirándole y luego se encogió <strong>de</strong> hombros.<br />
La litera llegó en seguida, transportada por dos ratas muy musculosas semi<strong>de</strong>snudas.<br />
El Ratonero se acomodó en ella, agra<strong>de</strong>cido, colocó el bastón <strong>de</strong> marfil a su lado, y<br />
or<strong>de</strong>nó: «¡A mi caza!», <strong>de</strong>spidiéndose <strong>de</strong> Skwee y lord Nuil, agitando la mano mientras se<br />
lo llevaban <strong>de</strong> allí al trote corto. En aquellos momentos el pequeño aventurero se sentía<br />
en posesión <strong>de</strong> la mente más brillante <strong>de</strong>l universo y merecedor <strong>de</strong> un <strong>de</strong>scanso, aunque<br />
fuese en una madriguera <strong>de</strong> ratas. Recordó que le quedaban por lo menos cuatro horas<br />
antes <strong>de</strong> que se disipara el hechizo <strong>de</strong> Sheelba y recobrase la talla humana. Había hecho<br />
cuanto estaba en su mano por <strong>Lankhmar</strong> y ahora <strong>de</strong>bía pensar en sí mismo. Se preguntó<br />
ociosamente cuáles serían las comodida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l hogar <strong>de</strong> una rata. Tenía que probarlas<br />
antes <strong>de</strong> huir al mundo superior. Aquella sesión <strong>de</strong>l consejo había sido realmente<br />
agotadora, como colofón <strong>de</strong> todo lo que había ocurrido antes.<br />
Mientras la litera iba <strong>de</strong>sapareciendo gradualmente más allá <strong>de</strong> las columnas, Skwee<br />
se volvió hacia lord Nuil y le dijo a través <strong>de</strong> su máscara con diamantes engastados:<br />
—¡Así que ese viejo misógino <strong>de</strong> Grig tiene una querida! Tal vez sea ella quien ha<br />
aguzado su inteligencia para que invente cosas tan brillantes como la operación Toga<br />
Negra.<br />
—Eso sigue sin gustarme, aunque lo habéis votado y no tengo más remedio que<br />
aceptarlo —chilló el otro irritado, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> su antifaz negro—. Esta noche flota<br />
<strong>de</strong>masiada incertidumbre en el ambiente. La batalla final está próxima. Se dice que un<br />
espía humano transformado mágicamente se ha introducido en <strong>Lankhmar</strong> Subterráneo.<br />
Luego está ese cambio en el carácter <strong>de</strong> Grig, y ese ratón rabioso que entró corriendo en<br />
la Cámara, sacando espuma por la boca y que chilló tres veces cuando le mataste..., las<br />
extrañas vibraciones <strong>de</strong> las abejas nocturnas en los aposentos <strong>de</strong> Siss... Y ahora esta<br />
operación adoptada con tal premura...<br />
Skwee dio unas palmadas amistosas en el hombro <strong>de</strong> lord Nuil.<br />
—Esta noche estás turbado, camarada, y ves malos augurios en cada bicho nocturno.<br />
En todo caso, Grig ha tenido una i<strong>de</strong>a muy buena. A todos nos iría bien un poco <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>scanso, sobre todo a ti, antes <strong>de</strong> tu importantísima misión. Ven conmigo.<br />
Delegando la presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la mesa en Siss, Skwee y lord Nuil se retiraron a una<br />
alcoba con una cortina en la puerta, pero antes <strong>de</strong> entrar or<strong>de</strong>naron que les sirvieran<br />
comida y bebida.<br />
Cuando las cortinas se corrieron tras ellos, Skwee se sentó en una <strong>de</strong> las dos sillas al<br />
lado <strong>de</strong> la mesa pequeña y se quitó la máscara. A la pulsátil luz violeta <strong>de</strong> las tres avispas<br />
luminosas que alumbraban la alcoba, su largo hocico, cubierto <strong>de</strong> pelo blanco, y sus ojos<br />
azules, parecían notablemente siniestros.<br />
—Pensar que mañana mi pueblo será el amo <strong>de</strong> <strong>Lankhmar</strong> Superior... —musitó—.<br />
Durante milenios, las ratas hemos trazado planos y construido, hemos abierto túneles y<br />
realizado toda clase <strong>de</strong> esfuerzos, y ahora, antes <strong>de</strong> que transcurran seis horas... ¡Esto<br />
bien merece un trago! Lo cual me recuerda, camarada, que ya <strong>de</strong>be <strong>de</strong> ser la hora <strong>de</strong><br />
tomar tu pócima.