04.07.2013 Views

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Lord Nuil exhaló un suspiro consternado, empezó a levantar lentamente su máscara<br />

negra, metió la pata <strong>de</strong>recha cubierta con un guante negro en su bolsa, y extrajo un frasco<br />

diminuto.<br />

—¡Alto! —le or<strong>de</strong>nó Skwee, horrorizado, cogiendo <strong>de</strong> súbito la pata enguantada <strong>de</strong>l<br />

otro—. Si tomaras ahora el contenido <strong>de</strong> ese frasco...<br />

—Esta noche estoy nervioso, lleno <strong>de</strong> agitación —admitió lord Nuil, guardándose <strong>de</strong><br />

nuevo el frasco blanco y sacando uno negro.<br />

Antes <strong>de</strong> tomar el contenido <strong>de</strong>l frasco, alzó <strong>de</strong>l todo su máscara negra. El rostro que<br />

apareció no era el <strong>de</strong> una rata, sino la cara arrugada, reducida al tamaño <strong>de</strong> la <strong>de</strong> una<br />

rata, con los ojos como cuentas <strong>de</strong> vidrio, <strong>de</strong> Hisvin, el merca<strong>de</strong>r <strong>de</strong> grano.<br />

Tras beber la droga negra, pareció experimentar alivio y un <strong>de</strong>scenso <strong>de</strong> la tensión. <strong>Las</strong><br />

arrugas <strong>de</strong> preocupación en su rostro fueron sustituidas por las <strong>de</strong> la reflexión.<br />

—¿Quién es la querida <strong>de</strong> Grig, Skwee? —preguntó <strong>de</strong> improviso—. Juraría que no es<br />

una pelandusca ni una cortesana hinchada <strong>de</strong> vanidad.<br />

Skwee encogió sus hombros gibosos y se limitó a respon<strong>de</strong>r:<br />

—Cuanto más inteligente es el macho encantado, más estúpida es la hembra<br />

encantadora.<br />

—¡No! —exclamó Hisvin con impaciencia—. Percibo en él una mente brillante y rapaz<br />

que no es la <strong>de</strong> Grig. Ya sabes que en otro tiempo fue ambicioso y quiso ocupar tu<br />

posición, pero luego sus llamas se redujeron a brasas que brillan a través <strong>de</strong> cenizas<br />

invernales.<br />

—Eso es cierto —convino Skwee pensativamente.<br />

—¿Quién ha vuelto a avivar sus llamas? —inquirió Hisvin, ahora presa <strong>de</strong> inquietantes<br />

sospechas—. ¿Quién es esa querida Skwee?<br />

Fafhrd <strong>de</strong>tuvo la yegua mingola antes <strong>de</strong> que el animal, adiestrado para resistir los más<br />

atroces sufrimientos, cayeran a causa <strong>de</strong>l cansancio..., y le costó lograrlo, tan resuelta a<br />

morir estaba la sombría criatura. No obstante, una vez parada, el jinete notó que sus<br />

patas cedían y se apresuró a bajar <strong>de</strong> la silla para evitar que se <strong>de</strong>rrumbara bajo su peso.<br />

Estaba empapada <strong>de</strong> sudor, la cabeza le colgaba entre las temblorosas patas <strong>de</strong>lanteras<br />

y sus costillas se movían como fuelles, siguiendo el ritmo <strong>de</strong> su respiración ja<strong>de</strong>ante.<br />

Fafhrd apoyó ligeramente la mano en los temblorosos cuartos <strong>de</strong>lanteros <strong>de</strong>l animal.<br />

Sabía que nunca habría podido llegar a <strong>Lankhmar</strong>, pues apenas había recorrido la mitad<br />

<strong>de</strong> la Gran Marisma Salada.<br />

La luna baja, a sus espaldas, bañaba con un resplandor dorado la grava <strong>de</strong>l camino<br />

elevado y teñía <strong>de</strong> amarillo los extremos <strong>de</strong> los espinos y los cactus, pero aún no estaba<br />

lo bastante inclinada para llegar al suelo herbáceo <strong>de</strong> la marisma y los negros fondos <strong>de</strong><br />

los charcos.<br />

Con excepción <strong>de</strong> los zumbidos y chirridos <strong>de</strong> los insectos y el ulular <strong>de</strong> las aves<br />

nocturnas, la zona bañada por la luz lunar estaba en silencio..., pero, como sabía el<br />

estremecido Fafhrd, no sería por mucho tiempo.<br />

Des<strong>de</strong> la salida casi sobrenatural <strong>de</strong> los tres jinetes negros <strong>de</strong> entre las rugientes olas<br />

que entrechocaban sobre el Reino Hundido y su persecución incansable en la noche cada<br />

vez más profunda, le había sido gradualmente más difícil consi<strong>de</strong>rarlos como simples<br />

bandidos <strong>de</strong> Ilthmar en busca <strong>de</strong> venganza, y cada vez más le parecía un mortífero trío<br />

sobrenatural. A<strong>de</strong>más, a lo largo <strong>de</strong> varias millas, algo enorme, <strong>de</strong> largas patas,<br />

agazapado, aunque nunca directamente visible, le había perseguido a través <strong>de</strong> la<br />

marisma, manteniéndose a la distancia <strong>de</strong> una lanzada. Parecía, con toda probabilidad,<br />

algún gigante familiar o genio obediente <strong>de</strong> los jinetes negros.<br />

Sus temores se habían vuelto tan insistentes que lanzó la yegua a todo galope,<br />

<strong>de</strong>jando atrás el ruido <strong>de</strong> cascos <strong>de</strong> sus perseguidores, aunque sin que este esfuerzo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!