04.07.2013 Views

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

muñeca <strong>de</strong> Hisvet. Alzándola por encima <strong>de</strong> su cabeza, la hizo girar hasta que zumbó en<br />

el aire, al tiempo que sonreía diabólicamente.<br />

Dentro <strong>de</strong>l arco trasero a estribor, junto a la puerta <strong>de</strong>l camarote, estaba Fafhrd y su<br />

segundo, el maestre <strong>de</strong> la Carpa, un hombre grueso y basto, cuyas facciones cetrinas<br />

tenían un aire mingol. El Ratonero no podía ser juez y segundo al mismo tiempo, pero<br />

confiaba en aquel hombre, pues Fafhrd y él habían jugado a los dados más <strong>de</strong> una vez<br />

con el maestre <strong>de</strong> la Carpa en <strong>Lankhmar</strong>, en los viejos tiempos... y les había ganado<br />

bastante dinero, lo cual indicaba que por lo menos podría ser un hombre <strong>de</strong> recursos.<br />

Fafhrd cogió la pica que le ofrecía su segundo, aferrándola con las manos cruzadas<br />

cerca <strong>de</strong> un extremo. Hizo unos cuantos pases lentos para practicar y luego se la <strong>de</strong>volvió<br />

al maestre <strong>de</strong> la Carpa y se quitó el jubón.<br />

Los soldados <strong>de</strong> Lukeen se miraron y rieron con disimulo al ver que el norteño<br />

empuñaba una pica como si fuese un espadón para dos manos, pero cuando Fafhrd<br />

<strong>de</strong>scubrió su pecho velludo los marineros <strong>de</strong> la Calamar le vitorearon con entusiasmo.<br />

—¿Qué te dije? —comentó Lukeen en voz alta a su segundo—. No hay duda <strong>de</strong> que es<br />

un gran mono peludo.<br />

Hizo girar <strong>de</strong> nuevo su pica, pero los marineros le abuchearon vigorosamente.<br />

—Es extraño —observó Slinoor—. Creía que Lukeen era popular entre los marineros.<br />

Al oír esto, el lugarteniente <strong>de</strong> Lukeen miró a su alre<strong>de</strong>dor con incredulidad. El<br />

Ratonero se limitó a encogerse <strong>de</strong> hombros. Slinoor siguió diciendo:<br />

—Si los marineros supieran que tu camarada lucha en el bando <strong>de</strong> las ratas, no le<br />

aplaudirían.<br />

El Ratonero se limitó a sonreír. El gong sonó <strong>de</strong> nuevo. Slinoor se levantó y dijo a<br />

gritos:<br />

—¡Combate con picas sin ningún <strong>de</strong>scanso! El comandante Lukeen quiere <strong>de</strong>mostrar al<br />

mercenario <strong>de</strong>l Señor Supremo, Fafhrd, ciertas alegaciones contra una damisela <strong>de</strong><br />

<strong>Lankhmar</strong>. El primer hombre que caiga inconsciente o que<strong>de</strong> a merced <strong>de</strong> su contrincante<br />

pier<strong>de</strong>. ¡Preparaos!<br />

Dos grumetes corrieron por la cubierta central, esparciendo puñados <strong>de</strong> arena blanca.<br />

Slinoor tomó asiento y le dijo al Ratonero:<br />

—¡Maldito sea este estúpido duelo! Retrasa nuestra acción contra Hisvet y las ratas.<br />

Lukeen ha cometido una necedad enfrentándose al bárbaro. Con todo, cuando le haya<br />

<strong>de</strong>rrotado aún nos quedará bastante tiempo. —Al ver que el Ratonero enarcaba una ceja,<br />

el capitán añadió con naturalidad—. Ah, ¿es que no lo sabías? Lukeen ganará, sin duda<br />

alguna.<br />

El lugarteniente confirmó estas palabras, asintiendo sereno:<br />

—El comandante es un maestro en el manejo <strong>de</strong> la pica. Esto no es un juego para<br />

bárbaros.<br />

El gong sonó por tercera vez.<br />

Lukeen saltó ágilmente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su ángulo y hacia la escotilla, gritando:<br />

—¡Vamos, mono peludo! ¿Estás preparado para darle un doble beso al roble? Primero<br />

a mi pica y luego a mi cubierta.<br />

Fafhrd avanzó arrastrando los pies y aferrando su pica.<br />

—Tu saliva me ha envenenado el ojo izquierdo, Lukeen —le <strong>de</strong>safió—, pero con el<br />

<strong>de</strong>recho veo algún blanco civilizado.<br />

Lleno <strong>de</strong> júbilo, Lukeen se abalanzó contra él, amagando sendos golpes en un codo y<br />

la cabeza, para dirigir <strong>de</strong> inmediato el otro extremo <strong>de</strong> la pica a una rodilla <strong>de</strong> Fafhrd, con<br />

la intención <strong>de</strong> <strong>de</strong>rribarle o lisiarle.<br />

Fafhrd adoptó bruscamente la postura convencional, paró el golpe y lanzó un veloz<br />

contragolpe a la mandíbula <strong>de</strong> Lukeen. Éste alzó su pica a tiempo, <strong>de</strong> modo que el arma<br />

<strong>de</strong> su contrario sólo le rozó la mejilla, pero el golpe le turbó y Fafhrd aprovechó aquel

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!