04.07.2013 Views

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

gigante..., o una rata, lo mismo daba..., su amor habría seguido incólume y no habría<br />

disminuido la intensidad <strong>de</strong> sus caricias. Aun cuando se alzara por encima <strong>de</strong> su cabeza<br />

el blanco aguijón articulado <strong>de</strong> un escorpión, él le haría los honores con un beso<br />

amoroso... O quizá no llegaría tan lejos, <strong>de</strong>cidió bruscamente..., aunque por otro lado casi<br />

podría hacerlo, pues en aquel momento las pestañas <strong>de</strong> Hisvet rozaron la protuberancia<br />

cutánea sobre el dardo <strong>de</strong> plata en su sien.<br />

Sin duda alguna, aquella sensación correspondía a lo que suele llamarse éxtasis. Le<br />

pareció que ahora se encontraba en el Noveno Cielo, el más alto <strong>de</strong> todos, don<strong>de</strong> gozan<br />

unos pocos héroes selectos, sueñan y se entregan a placeres casi insoportables, mirando<br />

<strong>de</strong> vez en cuando, ociosamente divertidos, a todos los dioses que se afanan duramente<br />

atalayando los mundos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus alturas, aspirando incienso y dirigiendo el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong><br />

las multitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> mortales.<br />

El Ratonero podría haber ignorado para siempre lo que sucedió a continuación —y,<br />

a<strong>de</strong>más, lo ocurrido podría haber sido un acontecimiento espantosamente distinto— <strong>de</strong> no<br />

haber sido porque, como jamás se daba por satisfecho ni siquiera con el más supremo <strong>de</strong><br />

los éxtasis, <strong>de</strong>cidió una vez más <strong>de</strong>sobe<strong>de</strong>cer la or<strong>de</strong>n explícita <strong>de</strong> Hisvet y mirar a<br />

hurtadillas a Frix. Hasta aquel momento había hecho caso omiso <strong>de</strong> la hermosa sirvienta,<br />

sin mirarla ni escucharla, pero ahora se le ocurrió que si observaba los dos rostros <strong>de</strong> su,<br />

en cierto modo, amante bicéfala caprichosa y voluble, eso tensaría un poco más las<br />

cuerdas <strong>de</strong> lanzamiento <strong>de</strong> la catapulta <strong>de</strong>l placer.<br />

Así pues, cuando Hisvet le acarició <strong>de</strong> nuevo la oreja con su lengua rosa y azul, y<br />

mientras él la alentaba a proseguir con ligeros movimientos <strong>de</strong> cabeza y tenues gemidos<br />

<strong>de</strong> placer, dirigió la vista en la otra dirección y miró <strong>de</strong> soslayo el rostro <strong>de</strong> Frix.<br />

Su primer pensamiento fue que la muchacha tenía el cuello doblado en un ángulo que<br />

por fuerza <strong>de</strong>bía resultarle incómodo, a fin <strong>de</strong> mantener la cabeza apartada <strong>de</strong>l Ratonero<br />

y <strong>de</strong> su ama. Su segundo pensamiento fue que, si bien las mejillas <strong>de</strong> la muchacha<br />

estaban inflamadas por la pasión y ja<strong>de</strong>aba a través <strong>de</strong> sus labios entreabiertos, su<br />

mirada tenía una frialdad triste, una melancolía distante, perdida en algo que se hallaba a<br />

mundos <strong>de</strong> distancia, tal vez un juego <strong>de</strong> ajedrez en el que ella, el Ratonero e incluso<br />

Hisvet eran menos que peones; quizá una escena <strong>de</strong> una infancia inimaginablemente<br />

remota, quizá...<br />

O quizá contemplaba algo que estaba un poco más cerca, algo situado <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> él y<br />

no a mundos <strong>de</strong> distancia...<br />

Aunque tuvo que apartar la oreja <strong>de</strong> la lengua enloquecedora <strong>de</strong> Hisvet, volvió toda la<br />

cabeza en la dirección <strong>de</strong> sus ojos y, mirando por encima <strong>de</strong>l hombro, vio el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> una<br />

silueta agazapada, oscuramente recortada contra la pálida y pulsante pared <strong>de</strong> flores, con<br />

un brazo semiextendido cuyo extremo se prolongaba en un objeto brillante grisazulado.<br />

El Ratonero se agachó, apartándose bruscamente <strong>de</strong> Frix, y entonces dio media vuelta<br />

y soltó un revés con el brazo izquierdo, que un momento antes abrazaba a la sirvienta <strong>de</strong><br />

Hisvet.<br />

No pudo ser un golpe <strong>de</strong>scargado a tiempo y su puntería fue inevitablemente<br />

imperfecta. Cuando el dorso <strong>de</strong> su puño chocó con la <strong>de</strong>lgada muñeca <strong>de</strong> la otra mano<br />

que empuñaba un cuchillo, notó el pinchazo <strong>de</strong> la punta en el antebrazo, pero entonces<br />

<strong>de</strong>scargó el puño <strong>de</strong>recho en el rostro <strong>de</strong>l mingol, haciéndole salir, al menos por un<br />

momento, <strong>de</strong> la impasibilidad a la que contribuía su piel muy tensa.<br />

Cuando la figura enfundada en un ceñido traje negro se tambaleó hacia atrás bajo el<br />

impacto, pareció dividirse en dos, como una criatura <strong>de</strong>l légamo reproducida por<br />

bipartición, y un segundo mingol armado con una daga salió <strong>de</strong> <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l primero y<br />

avanzó hacia el Ratonero, que recogía su cinto con las armas envainadas al tiempo que<br />

soltaba maldiciones. Desenvainó a Garra <strong>de</strong> Gato porque su empuñadura era la más<br />

cercana.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!