04.07.2013 Views

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

sus bien vigilados aposentos privados, con su toga negra aleteando como una vela<br />

arrancada <strong>de</strong>l alto mástil <strong>de</strong> un barco durante una tormenta. Pensó en lo maravilloso que<br />

sería que Hisvin pusiera en práctica su magistral encantamiento, pero el viejo merca<strong>de</strong>r<br />

<strong>de</strong> grano y brujo le había dicho que había un planeta que no se encontraba todavía en la<br />

configuración a<strong>de</strong>cuada para que su magia surtiera efecto. Los acontecimientos <strong>de</strong><br />

<strong>Lankhmar</strong> habían empezado a tomar el aspecto <strong>de</strong> una carrera entre alguna estrella y las<br />

ratas. Mientras se alejaba, a la vez risueño y ja<strong>de</strong>ante, Glipkerio se dijo que, en el peor <strong>de</strong><br />

los casos, tenía una manera infalible <strong>de</strong> huir <strong>de</strong> <strong>Lankhmar</strong> e incluso <strong>de</strong> Nehwon, e ir a otro<br />

mundo, don<strong>de</strong> sin duda no tardaría en ser proclamado monarca universal o, en cualquier<br />

caso, <strong>de</strong> un extenso territorio para empezar (creía ser un Señor Supremo muy razonable)<br />

y, en consecuencia, tendría un pequeño consuelo por la pérdida <strong>de</strong> <strong>Lankhmar</strong>.<br />

9<br />

Sheelba <strong>de</strong>l Rostro sin Ojos llegó a la choza y entró sin volver la cabeza encapuchada.<br />

En seguida Cogió un pequeño objeto y lo tendió.<br />

—He aquí tu respuesta a la plaga <strong>de</strong> ratas <strong>de</strong> <strong>Lankhmar</strong> —dijo en un tono profundo,<br />

resonante, rápido y chirriante, como el sonido <strong>de</strong> cantos rodados entrechocando en un<br />

oleaje mo<strong>de</strong>rado—. Si resuelves ese problema, los habrás resuelto todos.<br />

A más <strong>de</strong> una vara por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> él, el Ratonero Gris vio silueteado contra el cielo<br />

pálido un pequeño frasco sujeto entre el negro tejido <strong>de</strong> la larguísima manga <strong>de</strong> Sheelba,<br />

quien nunca mostraba los <strong>de</strong>dos, si tales eran. La luz plateada <strong>de</strong>l alba temblaba a través<br />

<strong>de</strong>l tapón <strong>de</strong> cristal <strong>de</strong>l frasco.<br />

El Ratonero no se había impresionado. Estaba muy cansado y cubierto <strong>de</strong> barro <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

las axilas hasta las botas, las cuales estaban ahora inmersas hasta los tobillos en el barro<br />

succionante e iban hundiéndose sin cesar. Sus medias <strong>de</strong> seda gris estaban sucias y<br />

<strong>de</strong>sgarradas, y temía que ni el mejor <strong>de</strong> los sastres podría remendarlas. <strong>Las</strong> partes <strong>de</strong> su<br />

piel que estaban secas presentaban <strong>de</strong>sgarrones y le escocían a causa <strong>de</strong> la sal que<br />

contenía el barro <strong>de</strong> la marisma. Le dolía la herida <strong>de</strong>l brazo izquierdo, que aún llevaba<br />

vendado, y ahora también había empezado a dolerle el cuello, porque tenía que forzarlo<br />

<strong>de</strong>masiado para mirar arriba.<br />

A su alre<strong>de</strong>dor se extendía la lóbrega Gran Marisma Salada. El suelo, hasta don<strong>de</strong><br />

alcanzaba la vista, estaba cubierto <strong>de</strong> una hierba marina <strong>de</strong> bor<strong>de</strong>s cortantes, que<br />

ocultaba grietas traicioneras y mortíferas hondonadas, llena <strong>de</strong> pequeñas elevaciones con<br />

retorcidos espinos enanos y cactus achaparrados. Su fauna cubría una extensa gama <strong>de</strong><br />

animales nocivos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sanguijuelas marinas, gusanos gigantes, anguilas venenosas y<br />

cobras acuáticas, hasta aves carroñeras <strong>de</strong> pico en forma <strong>de</strong> sierra que aleteaban a poca<br />

altura y arañas <strong>de</strong> la sal con garras en las patas. La choza <strong>de</strong> Sheelba era una cúpula<br />

negra tan gran<strong>de</strong> como el árbol acampanado, en cuyo interior el Ratonero había vivido la<br />

noche anterior el éxtasis y el intento <strong>de</strong> asesinato. Se alzaba por encima <strong>de</strong> la marisma<br />

sobre cinco postes retorcidos o patas, cuatro <strong>de</strong> ellas espaciadas regularmente alre<strong>de</strong>dor<br />

<strong>de</strong>l bor<strong>de</strong> y la quinta en el centro. Cada pata <strong>de</strong>scansaba sobre una placa redonda <strong>de</strong>l<br />

tamaño <strong>de</strong>l escudo que usan los guerreros provistos <strong>de</strong> alfanjes, cóncavo hacia arriba y<br />

aparentemente envenenado, pues cada una <strong>de</strong> las placas estaba ro<strong>de</strong>ada por una<br />

colección <strong>de</strong> cadáveres pertenecientes a la mortífera fauna <strong>de</strong> la marisma.<br />

La choza tenía una sola puerta, baja y con la parte superior redon<strong>de</strong>ada, como la<br />

entrada <strong>de</strong> una madriguera. Allí estaba ahora tendido Sheelba, el mentón sobre el codo<br />

izquierdo doblado, si podía consi<strong>de</strong>rarse un codo, tendiendo el frasco y, al parecer,<br />

mirando al Ratonero que estaba allá abajo, sin que a éste le importara la falta <strong>de</strong> lógica <strong>de</strong><br />

que alguien llamado Sin Ojos mirase. Ni aun con el hecho <strong>de</strong> que el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong>l cielo<br />

empezaba a teñirse <strong>de</strong> rosa por el este, el Ratonero pudo ver ninguna traza <strong>de</strong> rostro bajo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!