04.07.2013 Views

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Mi segundo rilk no te durará mucho —dijo Hisvet jovial—, porque mientras pensabas<br />

en mí no me mirabas el rostro sino, con el mayor <strong>de</strong>scaro, algo más abajo. Pensabas en<br />

esas repugnantes sospechas expresadas por Lukeen acerca <strong>de</strong> mis intimida<strong>de</strong>s físicas.<br />

¡Vamos, confiésalo!<br />

El Ratonero sólo pudo inclinar la cabeza y encogerse <strong>de</strong> hombros, pues en verdad la<br />

muchacha había adivinado sus pensamientos, Hisvet se echó a reír y, fingiéndose airada,<br />

le dijo:<br />

—¡Muy poco <strong>de</strong>licado por tu parte, mi querido caballero! Sin embargo, por lo menos<br />

pue<strong>de</strong>s ver que Frix, aunque sin duda es un mamífero, no tiene nada en común con las<br />

ratas.<br />

Esta afirmación era <strong>de</strong>l todo cierta, pues la doncella <strong>de</strong> Hisvet exhibía una piel suave y<br />

morena, excepto en los senos y las ca<strong>de</strong>ras, ocultos bajo unos pañuelos <strong>de</strong> seda negra.<br />

Una re<strong>de</strong>cilla <strong>de</strong> plata recogía su negro cabello, y en cada muñeca llevaba numerosas<br />

pulseras <strong>de</strong> plata. Aunque ataviada como una esclava, Frix no parecía tal aquella noche,<br />

sino más bien una dama <strong>de</strong> compañía que jugaba expertamente a ser una sierva,<br />

atendiéndoles a todos con una obediencia perfecta pero en modo alguno servil.<br />

Hisvet, en cambio, llevaba otro <strong>de</strong> sus largos vestidos, <strong>de</strong> seda negra ribeteado <strong>de</strong><br />

encaje también negro y una capucha medio echada hacia atrás. Su cabello plateado<br />

estaba peinado <strong>de</strong> modo que alcanzaba una altura consi<strong>de</strong>rable y caía en gran<strong>de</strong>s y<br />

suaves gue<strong>de</strong>jas. Fafhrd la miró <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el otro lado <strong>de</strong> la mesa y comentó:<br />

—Estoy seguro <strong>de</strong> que la señorita nos parecería bellísima en cualquier forma que<br />

eligiera para presentarse al mundo..., totalmente humana o <strong>de</strong> otro modo.<br />

—Galantes palabras, diestro guerrero —dijo Hisvet, un tanto asombrada—. Debo<br />

recompensarte por ellas. Ven aquí, Frix.<br />

Cuando la esbelta doncella se inclinó hacia ella, Hisvet entrelazó su morena ca<strong>de</strong>ra y le<br />

besó lentamente en los labios. Luego se irguió y dio un golpecito en el hombro a Frix, la<br />

cual ro<strong>de</strong>ó sonriente la mesa y, medio arrodillándose junto a Fafhrd, le besó tal como ella<br />

había sido besada. Él recibió la caricia con elegancia, sin una excitación in<strong>de</strong>corosa, pero<br />

en el momento en que Frix se disponía a retirarse, prolongó el beso, tras lo cual explicó<br />

con voz algo ronca:<br />

—Es un pequeño recargo para <strong>de</strong>volver el envío.<br />

Ella le sonrió con picardía y se dirigió a la mesa <strong>de</strong> servicio, al lado <strong>de</strong> la puerta,<br />

diciéndole:<br />

—Primero he <strong>de</strong> <strong>de</strong>smenuzar la carne <strong>de</strong> las ratas, travieso bárbaro.<br />

—No te hagas muchas ilusiones, audaz espadachín —le dijo Hisvet—. Eso no ha sido<br />

más que una pequeña recompensa por unas frases galantes, una recompensa con la<br />

boca por palabras pronunciadas con la boca. Recompensarte por haber zurrado a Lukeen<br />

y <strong>de</strong>fendido mi honor sería un asunto mucho más serio, que no es posible abordar a la<br />

ligera. Pensaré en ello.<br />

En aquel momento, el Ratonero, quien <strong>de</strong>bería <strong>de</strong>cir algo pero cuyo aturdido cerebro<br />

estaba temporalmente vacío <strong>de</strong> apropiado ingenio atrevido pero cortés, se dirigió a Frix:<br />

—¿Por qué troceas el carnero <strong>de</strong> las ratas, moza morena? Sería divertido ver cómo lo<br />

hacen ellas mismas.<br />

Frix no hizo más que mirarle arrugando la nariz, pero Hisvet le explicó seriamente:<br />

—Sólo Skwee tiene habilidad para cortar la carne. <strong>Las</strong> otras podrían lastimarse, sobre<br />

todo cuando la carne se <strong>de</strong>sliza en el curry resbaladizo. Frix, reserva un solo pedazo para<br />

que Skwee <strong>de</strong>muestre su habilidad, y <strong>de</strong>smenuza bien el resto. Skwee! —llamó, alzando<br />

el tono <strong>de</strong> voz—. Skwee, Skwee, Skwee!<br />

Una gran rata saltó sobre la cama y permaneció obediente junto a la muchacha, con las<br />

patas <strong>de</strong>lanteras cruzadas sobre el pecho. Hisvet le dio instrucciones y luego sacó <strong>de</strong> una<br />

caja <strong>de</strong> plata que estaba <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> ella unos diminutos cubiertos también <strong>de</strong> plata,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!