04.07.2013 Views

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

últimas ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong>l capitán—: Apostad vuestros grupos <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la escotilla o trampilla<br />

por la que entréis. En cuanto oigáis el silbato <strong>de</strong>l contramaestre, ¡moveos!<br />

El efecto <strong>de</strong> esta última or<strong>de</strong>n quedó momentáneamente en suspenso a causa <strong>de</strong> un<br />

tenue silbido, al que siguió el grito <strong>de</strong>sgarrador <strong>de</strong>l oficial <strong>de</strong> armas, al tiempo que se<br />

llevaba las manos a un ojo. Entonces los marineros se pusieron en movimiento y los<br />

machetes atacaron a una forma pálida que se escabullía a lo largo <strong>de</strong> la cubierta. Por un<br />

instante una rata con una ballesta en las patas <strong>de</strong>lanteras se silueteó sobre la borda <strong>de</strong><br />

estribor contra la niebla iluminada por la luna. El oficial <strong>de</strong> navegación disparó su ballesta<br />

y el dardo, ya fuera gracias a una puntería excepcional, ya por pura suerte, <strong>de</strong>rribó a la<br />

rata por encima <strong>de</strong> la borda y la arrojó al mar.<br />

—¡Ésa era una blanca, amigos! —gritó Slinoor—. ¡Un buen augurio!<br />

Entonces se produjo cierta confusión, pero cesó pronto, sobre todo cuando se<br />

<strong>de</strong>scubrió que el oficial <strong>de</strong> armas no había sido alcanzado en el globo <strong>de</strong>l ojo, sino en sus<br />

cercanías, y los grupos armados partieron, uno al camarote y dos hacia el palo mayor,<br />

<strong>de</strong>jando en cubierta sólo cuatro hombres.<br />

Por fin el Ratonero rompió la tela que había estado raspando y, con sumo cuidado,<br />

extrajo por el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong>shilachado un tik <strong>de</strong> hierro (la moneda lankhmaresa <strong>de</strong> menor<br />

valor), con medio canto limado hasta darle la agu<strong>de</strong>za <strong>de</strong> una navaja <strong>de</strong> afeitar, y con<br />

aquel objeto empezó a cortar pacientemente el trozo <strong>de</strong> soga más próximo. Miró<br />

esperanzado a Fafhrd, pero la cabeza <strong>de</strong> éste seguía colgando en un ángulo que<br />

evi<strong>de</strong>nciaba su falta <strong>de</strong> conocimiento.<br />

Un silbato sonó débilmente, seguido poco <strong>de</strong>spués por otro más fuerte que parecía<br />

proce<strong>de</strong>r <strong>de</strong> otro lugar <strong>de</strong> la bo<strong>de</strong>ga. Se oyeron voces apagadas y dos gritos, algo golpeó<br />

la cubierta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> abajo, y un marinero, sujetando una red <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la que chillaba una<br />

rata, pasó corriendo ante el Ratonero.<br />

Éste comprobó por el tacto que casi había cortado la primera lazada <strong>de</strong> la soga.<br />

Dejándola unida por unas pocas hebras, empezó a cortar la siguiente lazada, doblando<br />

mucho la muñeca para hacerlo.<br />

Una explosión estremeció la cubierta e hizo estremecerse a su vez al Ratonero. Éste<br />

no podía conjeturar su naturaleza, y siguió cortando briosamente con la moneda <strong>de</strong> bor<strong>de</strong><br />

afilado. La pequeña dotación que había quedado en cubierta irrumpió en gritos, y uno <strong>de</strong><br />

los timoneles cayó <strong>de</strong> bruces, pero el otro se mantuvo aferrado a la caña <strong>de</strong>l timón. El<br />

gong sonó una vez, aunque nadie lo había golpeado.<br />

Entonces los marineros <strong>de</strong> la Calamar empezaron a salir <strong>de</strong> la bo<strong>de</strong>ga, la mitad <strong>de</strong><br />

ellos <strong>de</strong>sarmados y presa <strong>de</strong> un temor frenético. El Ratonero les oyó correr <strong>de</strong> un lado a<br />

otro y bajar los botes, que estaban <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l palo mayor, al costado <strong>de</strong> la nave. Supuso<br />

que las cosas les habían ido muy mal allá abajo, asaltados por batallones <strong>de</strong> ratas negras,<br />

confundidos por falsos silbidos, recibiendo cortes y pinchazos en los rincones oscuros y<br />

asaetados con dardos que podían cegarles si se clavaban en los ojos. Remató su <strong>de</strong>rrota<br />

el hecho <strong>de</strong> que el grano no estaba contenido en sacos, sino simplemente amontonado en<br />

la bo<strong>de</strong>ga, y la atmósfera estaba llena <strong>de</strong> polvo <strong>de</strong> grano levantado por los recientes<br />

movimientos <strong>de</strong> una horda <strong>de</strong> ratas mientras que Frix había arrojado fuego <strong>de</strong>s<strong>de</strong> algún<br />

lugar seguro, haciendo estallar el grano y <strong>de</strong>rribando a los hombres, pero sin incendiar la<br />

nave.<br />

Al mismo tiempo que los aterrados marineros, llegó también a cubierta otro grupo,<br />

observado tan sólo por el Ratonero: una hilera silenciosa y or<strong>de</strong>nada <strong>de</strong> ratas negras que<br />

le ro<strong>de</strong>aron y treparon al palo mayor. El Ratonero sopesó la conveniencia <strong>de</strong> dar la alarma<br />

a gritos, aunque no habría dado un tik por sus posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> sobrevivir con aquellos<br />

marineros histéricos dando machetazos a las ratas a su alre<strong>de</strong>dor.<br />

En cualquier caso, Skwee tomó la <strong>de</strong>cisión por él, una <strong>de</strong>cisión negativa, al trepar en<br />

aquel momento a su hombro izquierdo. Sujetándose <strong>de</strong> un mechón <strong>de</strong> su cabello, la rata<br />

blanca se inclinó ante él, mirándole el ojo izquierdo con sus ojillos azules, bajo el yelmo <strong>de</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!