04.07.2013 Views

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Tampoco eso es imposible, señorita —dijo el hombre, con apenas un esbozo <strong>de</strong><br />

sonrisa.<br />

—¡No hay una sola prueba contra ella! —exclamó Fafhrd—. Este hombre está loco.<br />

—¿Ninguna prueba? —rugió Lukeen—. Ayer había doce ratas blancas. Ahora sólo hay<br />

once. —Tendió una mano hacia las jaulas alineadas y sus altivos ocupantes <strong>de</strong> ojos<br />

azules—. Todos las habéis contado. ¿Quién si no esta diabólica damisela envió a la rata<br />

blanca para que dirigiera a las roedoras asesinas que han <strong>de</strong>struido a la. Almeja? ¿Qué<br />

otra prueba quieres?<br />

—¡Sí, en efecto! —intervino el Ratonero, en un tono vibrante que llamó la atención <strong>de</strong><br />

los <strong>de</strong>más—. La prueba sería suficiente... si ayer hubiera habido doce ratas en las cuatro<br />

jaulas. —Entonces añadió con naturalidad pero muy claramente—: Recuerdo que eran<br />

once las ratas.<br />

Slinoor miró al Ratonero como si no pudiera dar crédito a sus oídos.<br />

—¡Mientes! —le espetó—. Es más, mientes insensatamente. ¡Pero si tú, Fafhrd y yo<br />

hablamos <strong>de</strong> que había una docena <strong>de</strong> ratas blancas!<br />

El Ratonero menó la cabeza.<br />

—Fafhrd y yo no dijimos palabra sobre el número exacto <strong>de</strong> ratas. Fuiste tú quien dijo<br />

que había doce. No doce, sino... una docena. Supuse que utilizabas ese término como un<br />

número redondo, una aproximación. —El Ratonero chascó los <strong>de</strong>dos—. Ahora recuerdo<br />

que cuando dijiste una docena sentí curiosidad y las conté. Eran once. Pero me pareció<br />

que no valía la pena discutir por esa menu<strong>de</strong>ncia.<br />

—No, ayer había doce ratas —afirmó solemnemente Slinoor, con una gran<br />

convicción—. Estás equivocado, Ratonero Gris.<br />

—Creo a mi amigo Slinoor antes que a una docena <strong>de</strong> vosotros —terció Lukeen.<br />

—No <strong>de</strong>bemos dividirnos, amigos —dijo el Ratonero con una sonrisa—. Ayer conté<br />

esas ratas regalo <strong>de</strong> Glipkerio y eran once. Cualquier hombre pue<strong>de</strong> errar en sus<br />

recuerdos <strong>de</strong> vez en cuando, capitán Slinoor. Analicemos esto. Doce ratas repartidas en<br />

cuatro jaulas es igual a tres ratas por jaula. Ahora veamos... ¡Ya lo tengo! Ayer hubo un<br />

momento en el que con toda seguridad cada uno <strong>de</strong> nosotros contó a las ratas... cuando<br />

las bajamos a este camarote. ¿Cuántas había en la jaula que llevaste, Slinoor?<br />

—Tres —dijo el interpelado al instante.<br />

—Y tres en la mía —dijo el Ratonero.<br />

—Y tres en cada una <strong>de</strong> las otras dos —intervino Lukeen con impaciencia—. ¡Estamos<br />

perdiendo el tiempo!<br />

—Estoy <strong>de</strong> acuerdo —convino Slinoor, moviendo la cabeza.<br />

—¡Esperad! —dijo el Ratonero, alzando la mano con el índice extendido—. Hubo un<br />

momento en que todos <strong>de</strong>bimos reparar en el número <strong>de</strong> ratas que contenía una <strong>de</strong> las<br />

jaulas que Fafhrd llevaba... cuando él la levantó por primera vez, mientras hablaba con<br />

Hisvet. Recordadlo. La levantó así. —El Ratonero juntó los <strong>de</strong>dos pulgar y corazón—.<br />

¿Cuántas ratas había en esa jaula, Slinoor?<br />

Un surco profundo apareció en la frente <strong>de</strong> Slinoor.<br />

—Dos —respondió, y añadió al instante—: y cuatro en la otra.<br />

—Acabas <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que había tres en cada una —le recordó el Ratonero.<br />

—¡No es verdad! —negó Slinoor—. Lukeen ha dicho eso, noyó.<br />

—Sí, pero has asentido, le has dado la razón —dijo el Ratonero.<br />

Con las cejas levantadas, parecía la personificación <strong>de</strong> la inocente búsqueda <strong>de</strong> la<br />

verdad.<br />

—En lo único que me he mostrado <strong>de</strong> acuerdo con él es en que estábamos perdiendo<br />

el tiempo —dijo Slinoor—. Y sigo creyéndolo así.<br />

De todos modos, el surco <strong>de</strong> la frente no <strong>de</strong>sapareció por completo, y su voz había<br />

perdido el tono <strong>de</strong> certeza absoluta.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!