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Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

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Slinoor asintió y señaló hacia la balandra. Se veían vagamente las diminutas formas<br />

oscuras —¡ratas con toda seguridad!— que salían <strong>de</strong>l agua y emergían por el costado <strong>de</strong><br />

la nave.<br />

—He aquí los causantes <strong>de</strong> la vía <strong>de</strong> agua en la Almeja —dijo Slinoor.<br />

Entonces el capitán señaló un punto entre las naves, cerca <strong>de</strong> la balandra. Entre los<br />

últimos individuos <strong>de</strong> aquel ejército roedor había una cabeza blanca. Un instante <strong>de</strong>spués,<br />

pudo verse una pequeña forma blanca que trepaba velozmente por el costado <strong>de</strong> la<br />

balandra.<br />

—He aquí al jefe <strong>de</strong> los roedores causantes <strong>de</strong> esa <strong>de</strong>sgracia —comentó Slinoor.<br />

Con un sordo ruido <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra astillada, la arqueada cubierta <strong>de</strong> la Almeja reventó<br />

expulsando una nube marrón.<br />

—¡El grano! —exclamó Slinoor.<br />

—Ahora ya sabes qué es lo que <strong>de</strong>stroza las naves —dijo el Ratonero.<br />

La balandra negra se fue difuminando, moviéndose hacia el oeste con la niebla en<br />

retirada.<br />

La galera Tiburón pasó velozmente junto a la popa <strong>de</strong> la Calamar, sus remos<br />

moviéndose como las patas <strong>de</strong> un ciempiés prodigioso.<br />

—¡Ha sido una trampa mortífera! —gritó Lukeen—. ¡Durante la noche se llevaron a VA.<br />

Almeja con algún señuelo!<br />

La balandra negra ganó la carrera con la niebla que se <strong>de</strong>slizaba hacia el este, y<br />

<strong>de</strong>sapareció en la blancura.<br />

La Almeja, con su cubierta partida, se fue a pique sin originar apenas un remolino,<br />

hundiéndose en las negras y salobres profundida<strong>de</strong>s, arrastrada por su pesada quilla.<br />

Con un agudo trompeteo <strong>de</strong> combate, la Tiburón se introdujo en el blanco muro <strong>de</strong><br />

niebla, en pos <strong>de</strong> la balandra.<br />

El palo mayor <strong>de</strong> la Almeja abrió un pequeño surco en el agua y se hundió. Todo lo que<br />

ahora se veía en las aguas al sur <strong>de</strong> la Calamar era una gran mancha <strong>de</strong> grano tostado<br />

que se iba extendiendo.<br />

Slinoor volvió su rostro adusto hacia el maestre.<br />

—Que la damisela Hisvet entre en su camarote, a la fuerza si es preciso —or<strong>de</strong>nó—.<br />

¡Contad sus ratas blancas!<br />

Fafhrd y el Ratonero intercambiaron una mirada.<br />

Asustados Lukeen y Slinoor, a cuyo alre<strong>de</strong>dor corretearían pajes y funcionarios<br />

ratoniles y <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> los cuales se apostarían lanceros roedores con media armadura,<br />

sujetando armas con fantásticas púas y hojas curvas.<br />

El maestre permanecía agachado junto a la rejilla abierta <strong>de</strong> la puerta cerrada, en parte<br />

para procurar que ningún otro marinero pudiera oírles.<br />

La damisela Hisvet estaba sentada con las piernas cruzadas sobre el camastro, con el<br />

vestido <strong>de</strong> armiño <strong>de</strong>corosamente doblado bajo las rodillas, e incluso en aquella actitud<br />

parecía muy reservada y elegante. De vez en cuando acariciaba el cabello negro y<br />

ondulado <strong>de</strong> Frix, que estaba arrodillada sobre las tablas.<br />

El ma<strong>de</strong>ramen crujía mientras la nave Calamar avanzaba hacia el norte. De vez en<br />

cuando se oía el débil ruido que hacían los marineros al moverse en la cubierta <strong>de</strong> popa.<br />

Alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> las pequeñas escotillas, que daban acceso a la bo<strong>de</strong>ga y a través <strong>de</strong> las<br />

mismas grietas <strong>de</strong> las tablas, llegaba el olor omnipresente <strong>de</strong>l grano, un aroma<br />

astringente, a tostado.<br />

Lukeen habló entonces. Era un hombre <strong>de</strong>lgado, <strong>de</strong> hombros caídos, músculos<br />

alargados y casi tan alto como Fafhrd. Llevaba una cota <strong>de</strong> mallas corta, <strong>de</strong> finísimos<br />

eslabones, sobre una sencilla blusa negra. Una cinta dorada recogía su cabello oscuro y<br />

sujetaba en su frente la estrella <strong>de</strong> mar <strong>de</strong> cinco brazos, con los bor<strong>de</strong>s curvados, <strong>de</strong><br />

hierro parduzco, que era el emblema <strong>de</strong> <strong>Lankhmar</strong>.

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