04.07.2013 Views

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

medidas contra la plaga <strong>de</strong> roedores que nos inva<strong>de</strong>..., medidas mágicas que sin duda<br />

tendrán éxito, como se acaba <strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrar plenamente.<br />

Al llegar a este punto el fantástico Señor Supremo extendió un brazo <strong>de</strong>snudo, largo y<br />

<strong>de</strong>lgado <strong>de</strong> entre los pliegues <strong>de</strong> su túnica y cogió al Ratonero <strong>de</strong>l mentón, con notable<br />

repugnancia para éste, aunque no opuso la menor resistencia.<br />

—Hisvin e Hisvet me han dicho —observó Glipkerio con una risita— que incluso<br />

sospecharon durante cierto tiempo que estabas confabulado con las ratas. ¿Quién no<br />

tendría tales sospechas, dado tu atuendo gris y tu pequeña y agazapada figura? Por ese<br />

motivo te mantuvieron atado. Pero bien está lo que bien acaba, y te perdono.<br />

El Ratonero inició una polémica refutación y acusación..., pero sólo en su mente, pues<br />

se oyó a sí mismo <strong>de</strong>cir:<br />

—Os traigo, señor, una misiva urgente <strong>de</strong>l rey <strong>de</strong> las Ocho Ciuda<strong>de</strong>s. Por cierto, nos<br />

encontramos con un dragón...<br />

—¡Ah, ese dragón <strong>de</strong> dos cabezas! —le interrumpió Glipkerio con otra risa aflautada y<br />

agitando un <strong>de</strong>do con gesto malicioso. Se guardó el manuscrito bajo el pectoral <strong>de</strong> su<br />

toga sin echarle un vistazo siquiera—. Movarl me ha informado por un albatros mensajero<br />

<strong>de</strong> la extraña ilusión en masa que sufrió mi flota. Hisvin e Hisvet, duchos ambos en las<br />

ensoñaciones que es capaz <strong>de</strong> fabricar la mente humana, lo confirman. Los marineros<br />

son las gentes más supersticiosas, Ratonero Gris, y es evi<strong>de</strong>nte que sus fantasías son<br />

mucho más contagiosas <strong>de</strong> lo que creía..., ¡pues incluso a ti te han infectado! Lo habría<br />

esperado <strong>de</strong> tu compañero bárbaro..., ¿Favner?, ¿Fafrah?..., o incluso <strong>de</strong> Slinoor y<br />

Lukeen, pues ¿qué son los capitanes sino marineros que han ascendido? Pero tú, que<br />

tienes por lo menos una pátina <strong>de</strong> civilización... No obstante, te perdono eso también. ¡Ah,<br />

qué magnífico ha sido que el sabio Hisvin, aquí presente, pensara en vigilar a la flota<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su balandra!<br />

El Ratonero se dio cuenta <strong>de</strong> que estaba asintiendo... y <strong>de</strong> que Hisvet y el arrugado<br />

Hisvin sonreían taimadamente. Miró el montón <strong>de</strong> ratas rígidas que acababan <strong>de</strong> sufrir<br />

aquella muerte teatral. ¡Que Issek se las llevara, pero sus ojos, a través <strong>de</strong> la estrecha<br />

abertura <strong>de</strong> los párpados semicerrados incluso parecían vidriosos!<br />

—El pelaje no se les ha caído —se atrevió a objetar.<br />

—Eres <strong>de</strong>masiado literal —respondió Glipkerio riendo—. No compren<strong>de</strong>s la licencia<br />

poética.<br />

—O los mecanismos <strong>de</strong> la sugestión tanto humana como animal —añadió Hisvin con<br />

solemnidad.<br />

El Ratonero pisó con fuerza, y, según creyó, furtivamente, una larga cola que había<br />

caído <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el fondo <strong>de</strong> la jaula al suelo enlosado. No hubo ninguna respuesta por parte<br />

<strong>de</strong>l roedor.<br />

Pero Hisvin observó su acción y chasqueó ligeramente los <strong>de</strong>dos. Al Ratonero le<br />

pareció que se producía un leve movimiento en el montón <strong>de</strong> ratas. De repente, un hedor<br />

nauseabundo surgió <strong>de</strong> la jaula. Glipkerio tragó saliva, Hisvin se apretó <strong>de</strong>licadamente la<br />

nariz con los <strong>de</strong>dos pulgar y anular.<br />

—¿Tienes algo que objetar sobre la eficacia <strong>de</strong> mi hechizo? —preguntó Hisvin al<br />

Ratonero en el tono más cortés.<br />

—¿No crees que las ratas se están pudriendo con <strong>de</strong>masiada rapi<strong>de</strong>z? —preguntó el<br />

Ratonero.<br />

Se le había ocurrido que podría haber una puerta corrediza herméticamente cerrada en<br />

el fondo <strong>de</strong> la jaula y una docena <strong>de</strong> ratas que llevaban bastante tiempo muertas, o un<br />

filete <strong>de</strong> carne bien podrida en el grueso fondo, bajo el suelo.<br />

—Hisvin las mata doblemente —afirmó Glipkerio con voz algo débil, oprimiéndose el<br />

estrecho estómago con su larga mano—. ¡Todos los procesos <strong>de</strong> corrupción se aceleran!<br />

Hisvin se apresuró a agitar la mano y señaló hacia una ventana abierta, más allá <strong>de</strong> las<br />

arcadas que daban al porche. Un fornido y cetrino mingol con un taparrabos negro saltó

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!