04.07.2013 Views

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

dos ratas espadachinas, <strong>de</strong>sbaratando por medio <strong>de</strong> su fuerza los quites <strong>de</strong> las espadas<br />

más ligeras, sin que sufriera más que ligeros rasguños y leves pinchazos.<br />

Skwee dio media vuelta y echó a correr. El Ratonero saltó <strong>de</strong> la mesa en su<br />

persecución. En el centro <strong>de</strong> la estancia algo caía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el techo, en pliegues azules.<br />

Hisvet, en medio <strong>de</strong> la pared, había cortado con su daga los cordones que sujetaban las<br />

cortinas que podían dividir la habitación en dos partes. Skwee corrió agazapada bajo la<br />

tela, pero el Ratonero estuvo a punto <strong>de</strong> tropezar y retrocedió en seguida mientras el<br />

estoque <strong>de</strong> Skwee atravesaba el pesado tejido, a pocas pulgadas <strong>de</strong> su garganta.<br />

Instantes <strong>de</strong>spués, el Ratonero y Fafhrd localizaron la abertura central en los cortinajes<br />

y la abrieron con las puntas <strong>de</strong> sus espadas, ojo avizor por si otro estoque salía<br />

súbitamente <strong>de</strong> la tela o les lanzaban una daga.<br />

Entonces vieron a Hisvin, Hisvet y Skwee <strong>de</strong> pie ante el diván <strong>de</strong> audiencias, en actitud<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>safío, pero con su tamaño reducido, como el <strong>de</strong> unos niños..., si tal cosa pue<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>cirse <strong>de</strong> una rata. El Ratonero avanzó hacia ellos, pero antes <strong>de</strong> que hubiera recorrido<br />

la mitad <strong>de</strong> la distancia, se habían vuelto pequeños como ratas y rápidamente se<br />

introdujeron en una trampilla <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> una loseta. Skwee, que entró en último lugar,<br />

se volvió para chillar airadamente una vez más al Ratonero, agitar <strong>de</strong> nuevo su estoque,<br />

que ahora parecía <strong>de</strong> juguete, antes <strong>de</strong> cerrar la loseta sobre su cabeza.<br />

El Ratonero soltó una maldición y luego se echó a reír. Fafhrd le coreó, pero miraba<br />

cautamente a Frix, quien no se había reducido <strong>de</strong> tamaño y estaba en pie <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l<br />

diván. Tampoco perdía <strong>de</strong> vista a Elakeria, sentada en el diván y mirando asustada, por<br />

<strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l cobertor, al tiempo que exhibía, inadvertidamente o no, una pierna esbelta.<br />

Todavía riendo a mandíbula abierta, el Ratonero avanzó tambaleándose hacia Fafhrd,<br />

le ro<strong>de</strong>ó los hombros con el brazo y, golpeándole juguetonamente en el pecho, le<br />

preguntó:<br />

—¿Por qué has tenido que presentarte, mi zafio amigo? Estaba a punto <strong>de</strong> morir<br />

heroicamente, o quizá <strong>de</strong> matar en múltiple combate a las siete ratas más gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

<strong>Lankhmar</strong> Subterráneo. ¡Me has robado el papel!<br />

. Con los ojos todavía fijos en Frix, Fafhrd restregó afectuosamente con el puño el<br />

mentón <strong>de</strong>l Ratonero, y luego le dio un codazo lo bastante fuerte para <strong>de</strong>jarle casi sin<br />

respiración y <strong>de</strong>tener su risa.<br />

—Tres <strong>de</strong> esas ratas eran simples lanceros —comentó, y entonces se quejó<br />

ásperamente—: Galopo durante dos noches y un día... ro<strong>de</strong>ando la mitad <strong>de</strong>l Mar<br />

Interior... para salvar tu pellejo encogido, ¡y lo consigo! Sólo para que me digas que soy<br />

un actor.<br />

El Ratonero, ja<strong>de</strong>ando y sin abandonar por completo la risa, replicó:<br />

—¡No sabes hasta qué punto me encogí! Dices que has ro<strong>de</strong>ado la mitad <strong>de</strong>l Mar<br />

Interior... ¡y, sin embargo, has entrado en el instante oportuno! ¡Vamos, eres el más<br />

gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> todos los actores! —Se arrodilló ante la loseta que había servido como<br />

trampilla y dijo con una mezcla <strong>de</strong> filosofía, humor e histeria—: Entretanto, yo <strong>de</strong>bo<br />

per<strong>de</strong>r, supongo que para siempre, al amor más gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> mi vida. —Golpeó la loseta,<br />

que parecía muy sólida, y bajando la cabeza llamó suavemente—: ¡Yuju! ¡Hisvet!<br />

Fafhrd le hizo incorporarse.<br />

Frix levantó una mano. El Ratonero la miró, pero Fafhrd no había <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> vigilarla ni<br />

un solo instante.<br />

—¡Toma, hombrecillo, cógelo! —le dijo sonriente al Ratonero, al tiempo que le arrojaba<br />

un frasquito negro. Él lo cogió y se quedó mirándolo aturdido—. Úsalo si vuelves a ser tan<br />

necio que <strong>de</strong>seas ver <strong>de</strong> nuevo a mi antigua ama. Ya no lo necesito. Me he librado <strong>de</strong> mi<br />

esclavitud en este mundo. Le he prestado sus tres servicios a la diabólica damisela. ¡Soy<br />

libre!<br />

Mientras <strong>de</strong>cía la última palabra, sus ojos se encendieron como lámparas. Echó atrás<br />

su capucha negra y aspiró hondo, tanto que casi pareció levitar. Sus ojos estaban fijos en

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!