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Leiber, Fritz - FR5, Las Espadas de Lankhmar.pdf

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—¡Detente! —gritó Skwee—. No matéis a nadie todavía, excepto al hombre <strong>de</strong> gris.<br />

¡Vamos, avanzad todos!<br />

La rata armada con pica giró obedientemente y volvió a alzar su arma contra el<br />

Ratonero.<br />

Frix se levantó y, musitando al oído <strong>de</strong> Hisvet: «Ya son tres veces, mi querida ama», se<br />

volvió para contemplar el resto <strong>de</strong>l drama.<br />

El Ratonero pensó en lanzarse al agua <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el porche, pero en vez <strong>de</strong> hacer eso<br />

corrió hacia el extremo <strong>de</strong> la habitación. Tal vez fue un error. <strong>Las</strong> dos ratas armadas con<br />

picas estaban en la puerta más distante, hacia la que él se dirigía, mientras que las ratas<br />

provistas <strong>de</strong> espadas que le pisaban los talones no le dieron tiempo para hacer una finta<br />

alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> las picas, matar a las ratas que las sujetaban y pasar alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> ellas.<br />

Esquivó a sus perseguidoras tras una pesada mesa y, volviéndose bruscamente,<br />

consiguió herir en el muslo a una rata con uniforme gris, que había corrido un poco por<br />

<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> las <strong>de</strong>más. Pero aquella rata le eludió y el Ratonero se vio enfrentado a cuatro<br />

estoques y dos picas..., y muy probablemente a la muerte, tuvo que admitir al observar la<br />

seguridad con que Skwee dirigía y controlaba el ataque.<br />

Así pues, tajo, salto, revés, estocada, quite, patada a la mesa..., tenía que atacar a<br />

Skwee..., estocada, quite, estocada <strong>de</strong> contragolpe, retirada..., pero Skwee lo había<br />

previsto, <strong>de</strong> modo que..., tajo, salto, estocada y salto, salto <strong>de</strong> nuevo, golpe contra la<br />

pared, estocada..., ¡lo que iba a hacer, fuera lo que fuese, tenía que hacerlo muy pronto!<br />

Una cabeza <strong>de</strong> rata, seccionada <strong>de</strong>l cuerpo, rodó a lo largo <strong>de</strong> su campo <strong>de</strong> visión, y<br />

oyó un grito animoso, familiar.<br />

Fafhrd acababa <strong>de</strong> entrar en la sala, <strong>de</strong>capitando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> atrás a la tercera rata con pica,<br />

la cual había actuado como una especie <strong>de</strong> reserva, y acosaba a las <strong>de</strong>más.<br />

A una rápida señal <strong>de</strong> Skwee, las dos ratas más pequeñas, armadas con espadas, y<br />

las dos que quedaban armadas con picas se volvieron. Estas últimas movieron con<br />

lentitud sus largas dagas. Fafhrd cortó la hoja <strong>de</strong> una pica y a continuación la cabeza <strong>de</strong><br />

su propietaria, paró la segunda pica y atravesó la garganta <strong>de</strong> la rata que la sujetaba, para<br />

enfrentarse seguidamente al ataque <strong>de</strong> las dos ratas menores, mientras Skwee y Hreest<br />

redoblaban su ataque contra el Ratonero. Su pelaje erizado, sus incisivos <strong>de</strong>scubiertos,<br />

sus peludos hocicos largos y planos, sus ojos enormes azules y negros eran casi tan<br />

intimidadores como la rapi<strong>de</strong>z con que manejaban la espada, mientras que Fafhrd<br />

<strong>de</strong>scubrió idéntica amenaza en el par al que se enfrentaba.<br />

Cuando Fafhrd hizo su entrada, Glipkerio dijo en voz muy baja: «No, no puedo<br />

soportarlo más», salió corriendo al porche y subió por la escalera <strong>de</strong> plata hasta llegar a la<br />

portezuela <strong>de</strong>l vehículo gris en forma <strong>de</strong> huso. Su peso lo <strong>de</strong>sequilibró, <strong>de</strong> modo que se<br />

inclinó lentamente en el tobogán <strong>de</strong> cobre.<br />

En un tono algo más alto, exclamó:<br />

—¡Adiós, mundo, adiós, Nehwon! Voy en busca <strong>de</strong> un universo más feliz. —<br />

Lamentarás mi marcha, <strong>Lankhmar</strong>! ¡Llora, oh, ciudad que miste mía!<br />

El vehículo gris se <strong>de</strong>slizó por el tobogán cada vez más veloz. Glipkerio se introdujo en<br />

la cabina y cerró herméticamente la escotilla. Con un breve y sombrío chapoteo, el<br />

vehículo <strong>de</strong>sapareció bajo las oscuras aguas.<br />

Tan sólo Elakeria y Frix, cuyos ojos y oídos no se perdían nada, fueron testigos <strong>de</strong> la<br />

marcha <strong>de</strong> Glipkerio y oyeron su discurso <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedida.<br />

Con un súbito esfuerzo concertado, Skwee y Hreest empujaron la mesa hacia el<br />

Ratonero, para inmovilizarle contra la pared. Justo a tiempo, el espadachín saltó sobre la<br />

mesa, esquivó la estocada <strong>de</strong> Skwee, paró la <strong>de</strong> Hreest y, con una afortunada estocada<br />

<strong>de</strong> contragolpe, clavó la punta <strong>de</strong> Escalpelo en el ojo <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> Hreest, alcanzándole el<br />

cerebro, y extrajo el acero con el tiempo justo para evitar la siguiente estocada <strong>de</strong> Skwee.<br />

Skwee retrocedió dos pasos. Gracias a la visión casi panorámica <strong>de</strong> sus ojos azules<br />

ampliamente espaciados, observó que Fafhrd estaba acabando con la segunda <strong>de</strong> sus

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