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Libertad para elegir:Cultura • Comunicación • Desarrollo Humano Sustentablemínimos de educación, salud, habitación, ingreso y vivienda y, con ellos, se espera crear condiciones dedesarrollo viable para las sociedades que viven sumidas en un estado de miseria e inequidad que les impidepensar siquiera en un mañana. Para muchos pueden parecer tales objetivos mínimos e insuficientes,pero otros los piensan como los acuerdos básicos para iniciar un despliegue de otras potencialidades.¿Cuáles son los mínimos de seguridad humana de la sociedad mexicana? ¿Cuáles deben ser las metasen esta materia del DF? La dificultad en la que se encuentran los hacedores de políticas públicas es quetienen que decidir qué hacer con los recursos escasos de que disponen para eliminar, o al menos disminuir,los riesgos más graves e inminentes. En todo caso, el problema es que debe intervenirse para que lasociedad, sobre todo la parte sometida a la más grave marginación, adquiera confianza en que las institucionespúblicas les tienen en cuenta como parte de sus responsabilidades fundamentales.Esto último se puede expresar de otro modo para dar cuenta de una segunda cuestión que es la quecompete a la gestión. La libertad es una condición del desarrollo humano como lo es de la seguridadhumana. Tal como se plantea en el Informe sobre Desarrollo Humano de 1991, la libertad alude a doscategorías amplias: la que comprende las libertades negativas que implican ponernos a salvo de un régimenautoritario o una detención ilegal, y las libertades “positivas” que suponen la posibilidad de hacer,de participar en la vida de una comunidad, de organizar partidos, grupos, asociaciones, de vivir en un climaque respete la dignidad de las personas (PNUD, 1991: 52).El reconocimiento de libertades positivas conduce directamente al tema de la participación en la gestiónde las políticas para abatir los riesgos a la inseguridad. Tal como deduce el informe del PNUD sobredesarrollo humano de 1991, en el que retoma las mediciones de la libertad humana realizadas en los añosochenta por Charles Humana, “ninguno de los 88 países incluidos en el índice de Humana observatodas las libertades. Suecia y Dinamarca encabezan la lista: garantizan a sus ciudadanos 38 de las 40libertades medidas; sigue Holanda, con 37 libertades. Iraq es el último en la lista, y Rumania y la JamahiriyaArabe Libia apenas superan a Iraq” (PNUD, 1991: 53). Sin embargo, en “general, parece existir una estrechacorrelación entre el desarrollo humano y la libertad humana. Sin embargo, no hay claridad respecto ala causalidad” (ídem).Llegamos entonces a un punto clave: la seguridad humana supone la apertura de horizontes de libertady democracia de modo que los ciudadanos encuentren, además del abatimiento de sus condiciones deriesgo, instrumentos de fortalecimiento de sus propias condiciones de elección y participación. Enfrentarla inseguridad implica incorporar, a partir de mecanismos democráticos, a la mayoría de los ciudadanospara que sean ellos los que decidan las rutas para la disminución de las amenazas o riesgos. Esto puedellevar a comprender por qué los ciudadanos se sienten más seguros en los espacios controlados porellos mismos. Son los barrios, los pequeños territorios, donde los ciudadanos se sienten más segurossin importar que la percepción de la seguridad coincida con la inseguridad real. En el caso del DF habrá84
La Cultura y la Libertad para elegirque discutirse si la ampliación de las libertades de hacer como la despenalización del aborto, la igualacióndel matrimonio homosexual con el heterosexual o la facultad de las parejas homosexuales paraadoptar, constituye un estímulo de los ciudadanos para considerar que sus condiciones de riesgo handisminuido o si hay que caminar en otro sentido para que se amplíen los canales de participación en laesfera pública.Por último habrá que pensar el tema de la inseguridad humana y la inseguridad pública en el marco dela pérdida de los mecanismos de control social. Estos, como proponen los autores del informe ENSI-6,consisten, no tanto en la adhesión a las normas, como en un componente de compromiso y tambiénde reconocimiento por parte de la sociedad, un control social que afortunadamente funciona para lamayoría de los ciudadanos que viven alejados de la delincuencia y el crimen.ConclusiónHemos pasado de la discusión de los parámetros generales sobre inseguridad pública a pensar el problemageneral de la inseguridad bajo el paradigma de la inseguridad humana. Éste supone que la seguridadse basa en la disminución de los riesgos en todos los sentidos que abarca la existencia humana. Pensandoen términos de políticas públicas esta propuesta puede tener sentido si se cumplen tres condiciones:priorización, participación y reconocimiento de la colectividad como un entorno adecuado para la satisfacciónde las necesidades humanas materiales y afectivas. El diseño de políticas públicas para enfrentarlas condiciones de inseguridad actuales supone aceptar la visión integral de la seguridad humana, definirprioridades, proponer una gestión participativa de los problemas y asegurar la confianza y el reconocimientode los ciudadanos para estos a su vez se identifiquen con los objetivos públicos. Una tarea titánicarealmente, que no compete en exclusiva a ningún nivel de gobierno, pero que es imposible de posponerante el crecimiento de las amenazas a la vida e integridad de los ciudadanos.85
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Sobre los autores- Guillermo Castil
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