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La Cultura y la Libertad para elegirAl parecer, esta ley, también creo su propia sombra, dado que los criterios de patrimonio cultural seelevaron casi ilimitadamente. Si todo el acervo era considerado patrimonio cultural, ¿Cuál iba a ser elcriterio para definirlo? Esto trajo consigo otro problema, pues el Estado, al no tener claro sus límitescomo tutor o asegurador de este patrimonio, se vería fácilmente rebasado creando una parálisis institucionalque, en consecuencia, implicaría un retroceso y un obstáculo para la aplicación de dicha ley.Los senadores Carlos Loret de Mola y Andrés Serra Rojas fueron grandes impulsores de esta ley. LaLey Federal del Patrimonio Cultural Nacional de 1968-1970. Fue aprobada el 23 de diciembre de 1968 yno se publicó en el Diario Oficial de la Federación hasta dos años más tarde, el 16 de diciembre de1970, fungiendo como presidente de la república el licenciado Luis Echeverria Álvarez. Siguiendo estalógica, de perfeccionamiento en cada una de las leyes presentadas, en donde, la búsqueda de un instrumentolegal idóneo que impidiera el impune saqueo arqueológico y reconociera la valoración de losbienes de herencia natural, así como, los producidos durante y después de la colonia, el dominio de lanación sobre dichos bienes y su jurisdicción federal fue la columna vertebral de casi toda la legislaciónde finales del siglo XIX y que continuó prácticamente hasta la reforma de ley de 1986. Las ideas inacabadas,las propuestas agotadas, fueron, en su tiempo, producto de la dinámica misma resultado delchoque entre los distintos intereses que iban roturando el camino para la consecución de sus propósitos.Éste fue el caso de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos de 1972.Se consideran dos hechos importantes al respecto. El primero, fue el intento de pasar un proyecto concaracterísticas bastante indulgentes para con el coleccionismo privado, lo que representaba un retrocesoenorme en la protección del patrimonio. Distintas voces de instituciones y profesionales alzaronsu voz en contra de dicho proyecto, en respuesta se presentó la iniciativa de ley arriba mencionada. Elsegundo, es el hecho de que el concepto de patrimonio cultural, en su afán integrador, había desdibujadola participación del Estado en esta materia, lo que en consecuencia, impedía que las actividades a cargode diversas instituciones no pudieran ser cubiertas a cabalidad, incluso con las prerrogativas que lapropia ley le atribuía. De esta manera, la iniciativa de ley restableció la terminología de monumento yse pronuncio por que su calidad fuera determinada por la propia ley o por el Ejecutivo Federal mediantedeclaratoria respectiva.Un dato importante es la inclusión de la ciudadanía de manera directa en la discusión del dictamen que,al final, incidió en los cambios efectuados a la propuesta original de 1971. Grupos de profesionales, especialistas,estudiantes y distintas instituciones interesadas en la materia, participaron en la conformaciónde esta nueva ley. Así, después de que el 20 de diciembre de 1971 el secretario de Gobernación, MarioMoya Palencia, enviara a la Cámara de Diputados la Iniciativa de Ley Federal, firmada por el presidenteLuis Echeverria. La Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, fue publicadael 30 de abril de 1972 en el Diario Oficial de la Federación.97