De horizontes, utopías y distopías. pp. 102-1121. Despertarse“He <strong>de</strong>spertado con el sabordulce <strong>de</strong> su piel en mi boca”.Julián Malatesta.La aventura <strong>de</strong> levantarse con el aroma<strong>de</strong> aquella piel que nos atrae es un <strong>de</strong>spertar<strong>de</strong> paraíso, regalo que pocas vecesnos prodigamos. De por sí, es un lujo quese lee en poesía y en raros momentosse <strong>de</strong>scubre en la relación sujeto-sujeto.Así como el panorama ambiental, el rol<strong>de</strong>l sujeto en libre albedrío está en vía <strong>de</strong>extinción en pleno siglo XXI, una época<strong>de</strong> comercio, don<strong>de</strong> hasta los sueñosse <strong>de</strong>svirtúan, se pasan por alto, o en elmás folclórico <strong>de</strong> los casos se ven<strong>de</strong>n ensofisticados centros comerciales. Estamosanclados, atornillados al comercio <strong>de</strong> la felicidad,<strong>de</strong> la salud, <strong>de</strong>l amor, <strong>de</strong> la piel, <strong>de</strong>lsexo fingido, y, para <strong>de</strong>cirlo con simpleza:estamos atornillados al comercio <strong>de</strong>l serhumano, esa es su distopía.La felicidad como producto vendibley, por consiguiente, comprable, es unarealidad impuesta, una victoria <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>reconómico, que en todo caso no paraen mientes éticas, ni se ocupa si hayalguna distancia entre utopía, distopía uhorizonte, le da igual, entonces es que sepueda comercializar, que sea vendible.Quizás por esto el poeta Neruda indicócon palabras <strong>de</strong> montaña: suce<strong>de</strong> queme canso <strong>de</strong> ser hombre. Es un dolerse,un protestar por la pervivencia <strong>de</strong>l loboestepario en medio <strong>de</strong> tanto buitre. Enrespuesta a ello insistimos en plagarnos<strong>de</strong> horizontes y utopías; hemos creídoque el horizonte siempre será mejor queel espacio ocupado y en esos horizontesinstalamos las utopías, acaso para fugarnosy jugarnos la vida como imaginamosque <strong>de</strong>biera ser, y no fastidiarnos <strong>de</strong> ser loque somos. No sabemos vivir en carnaval,quizás nunca lo experimentó la especiehumana, aprendimos a sufrir, a pa<strong>de</strong>cer,a inventar guerras, pero no a estar en unaferia <strong>de</strong> poiesis. Visto es que el horizonte<strong>Plumilla</strong> <strong>Educativa</strong><strong>de</strong> nuestros antepasados tampoco fuemejor al actual: aún no hemos <strong>de</strong>spertadoA este tenor, el horizonte es categoríaespacial y temporal, es el límite visual <strong>de</strong>la superficie o es el más allá <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as,el horizonte siempre está un tanto másallá <strong>de</strong> nuestra mirada, damos un paso yel horizontes se <strong>de</strong>splaza. Horizonte viene<strong>de</strong>l griego orizon - ontos, es la línea queaparentemente separa el cielo y la tierra;esta línea involucra un espacio circular<strong>de</strong> la superficie <strong>de</strong> la tierra. Horizontees categoría <strong>de</strong> la mirada, es categoríaespacial, así traduzca en ninguna partetopos es lugar y utopos el no lugar; utopíaes categoría política, religiosa, utopíaes categoría espacial y temporal; por suparte, distopía es categoría literaria, <strong>de</strong>la filosofía <strong>de</strong> la sospecha si se quiere,es categoría espacial y temporal, pero adiferencia <strong>de</strong> la utopía esta si es realizable.A gran<strong>de</strong>s rasgos, la utopía es trascen<strong>de</strong>rel topos, viajar al otro lado <strong>de</strong>l entorno,<strong>de</strong> lo dado; es una hija <strong>de</strong>l tiempo, <strong>de</strong>scendientedirecta <strong>de</strong> los sueños humanos,que se le preten<strong>de</strong> ubicar en un espacio,utopía es un territorio que no existe. Seconcibe como un proyecto o sistema i<strong>de</strong>alque surge <strong>de</strong> la angustia o <strong>de</strong> la esperanzahumana, el cual podría ser aplicable enel tiempo no gastado e irrealizable en sumomento presente <strong>de</strong> gestación; la utopíaes tan extraña e insatisfecha como el vacío,tan cercana y contradictoria como lai<strong>de</strong>a <strong>de</strong> felicidad, al fin <strong>de</strong> cuentas, es unaconstrucción <strong>de</strong> felicidad por encontrarse,un tiempo y un espacio por usar. La utopía,en el peor <strong>de</strong> los casos, es un exceso <strong>de</strong>advenir; en el mejor, es una apuesta porconcretar los i<strong>de</strong>ales.Distopía es una utopía grosera, agreste,es una antiutopía, distopía es la maneranegativa <strong>de</strong> ver el <strong>de</strong>stino, es la manerafigurada <strong>de</strong> no creer en un futuro mejor,la distopía y el apocalipsis se parecen enque tienen un final catastrófico, pero elapocalipsis finalmente ofrece o ven<strong>de</strong> elcielo, en cambio, la distopía nos advierteque ni el cielo existe. Si la conciencia tiene<strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Manizales</strong> • 103
<strong>Plumilla</strong> <strong>Educativa</strong>Miguel Alberto González Gonzálezética nunca está <strong>de</strong>más preguntarle por lasutopías que se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l exceso <strong>de</strong>realidad o por la negación <strong>de</strong> pensar en lasdistopías, <strong>de</strong> pensar en esa otra realidad.Si pienso la realidad ¿para qué lapienso? En concreto, no es suficientecon especular, hay algo más por hacer,<strong>de</strong> lo contrario no pasa <strong>de</strong> ser una diversiónintelectual; puras especulacioneslingüísticas que burlan al presente, lo<strong>de</strong>spi<strong>de</strong>n, lo procrastinan, lo <strong>de</strong>slizan a-un-no-ya-ahora. Pata Tomás Moro en sulibro la Utopía la pobreza no era garantía<strong>de</strong> paz; eso es pensar la realidad, esoes escribirla, así otros, en este caso, losreyes y príncipes, creyeran que lo mejorera tener pobres, primero para dominarlosy luego para invisibilizarlos.Así las cosas, emerge una paradoja <strong>de</strong>invisibilización que nos pone en un punto<strong>de</strong> fuga, como si estuviéramos <strong>de</strong> salidano sólo <strong>de</strong> la sociedad sino <strong>de</strong>l cosmospor no comprometernos con una ecologíaprofunda que <strong>de</strong>sbor<strong>de</strong> el activismo. Suelesuce<strong>de</strong>r que cuando estamos <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedidaaparecen los inventarios, unos <strong>de</strong> pertenencias,otros <strong>de</strong> apetencias, algunos<strong>de</strong> reticencias y los <strong>de</strong>más <strong>de</strong> ausencias.Entonces pue<strong>de</strong> surgir el mecanismo <strong>de</strong>la violencia para enfrentar los problemas,fértil testimonio <strong>de</strong> la pobreza humanapara resolver sus carencias o exuberancias<strong>de</strong>l odio. Ahí es don<strong>de</strong> <strong>de</strong>be reinstalarsela crítica para no incurrir en falacias,aguzando la inteligencia no para ocultarsino para traer a la luz las soluciones conel mecanismo <strong>de</strong> la duda en la duda, lapregunta abierta y el escepticismo sinplantarse en los extremos <strong>de</strong> no aten<strong>de</strong>raquello que <strong>de</strong>sagrada o en los medios <strong>de</strong>acatar con mansedumbre. Aunque sobreesto algo presagió un pensador al <strong>de</strong>cir:“El primer paso a la sabiduría es criticarlotodo; el segundo, soportarlo todo”. Sinro<strong>de</strong>ar los medios, cabe preguntarle ¿Cuáles el siguiente paso? Es posible que seael percatarse <strong>de</strong> la sabiduría <strong>de</strong>l pasado,la conciencia <strong>de</strong> disfrutar el presente quelleve a un <strong>de</strong>spertarse con una enseñanza-aprendizaje<strong>de</strong> superficie, <strong>de</strong> altura, <strong>de</strong>profundidad y horizóntica. Nuestra historiano pue<strong>de</strong> per<strong>de</strong>rse <strong>de</strong>l paisaje educativo.Contexto, construiry presente“Así caen las horas, los instantes<strong>de</strong> esta marchita tar<strong>de</strong> en mi interior”.Héctor Escobar GutiérrezDes<strong>de</strong> ya iniciamos con una polisemiay es la concepción que se tiene <strong>de</strong> larealidad, un caleidoscopio multicolor conmúltiples formas, tan cambiante como elhombre mismo y tan oculta o camufladasegún nuestro atrevimiento lo permita. Lametáfora <strong>de</strong>l atar<strong>de</strong>cer en el interior <strong>de</strong>lser es una preocupación por el tiempoque va eclipsando la potencia <strong>de</strong>l estar envida hasta cortar la práctica <strong>de</strong>l existir. Esfactible que sea una crítica a los mundosvitales, una preocupación por los tiemposque nos vienen pensados por otros, tornándoseen elemento <strong>de</strong> control <strong>de</strong>s<strong>de</strong>el afuera.Enten<strong>de</strong>r la realidad crono-espacial<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el contexto exige no apartarse <strong>de</strong>lmedio, esto para conseguir pensar en laconstrucción <strong>de</strong> posibilida<strong>de</strong>s socialesen un presente que constituya un <strong>de</strong>veniren positivo, pero insertado en lo posible.No es <strong>de</strong> olvidar que pensar es muchomás que explicar.De consuno, en estos contextos latinoamericanos,casi disecados, <strong>de</strong> premoniciónaciaga, hasta el miedo lo hemosimportado; somos una sociedad gobernadapor el miedo a todo, miedo a la gente,al terrorismo, al futuro, a lo <strong>de</strong>sconocido,al <strong>de</strong>sempleo y al advenir ecológico; enbuena lógica, toca buscarle fisuras paraevitar el sometimiento a los discursos <strong>de</strong>lpo<strong>de</strong>r, romper el círculo en un esfuerzopor <strong>de</strong>bilitar la hegemonía en razón <strong>de</strong> suscarencias y potencias, supuestas unas,reales otras.El contexto exige enten<strong>de</strong>r que la críticasupone una postura, en don<strong>de</strong> es requisitocuidarse <strong>de</strong> no convertirse en tribuno <strong>de</strong> la104 • Programa <strong>de</strong> Educación
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