06.01.2016 Views

8SFH0s

8SFH0s

8SFH0s

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

directamente a las condiciones presentes de sus objetos de investigación –sobre todo los que refieren a<br />

las políticas nacionales de comunicación– y un tercio de ellos enmarca los alcances de sus<br />

proposiciones en el ámbito regional latinoamericano de forma explícita (otro tercio coloca sus<br />

resultados en un ámbito de discusión mundial, sobre todo al referirse a las “asimetrías<br />

comunicacionales Norte-Sur”).<br />

Dos rasgos son característicos de las revistas publicadas en estos años. Primero, su interés por incidir<br />

en los debates contingentes las llevan a abrir sus páginas a congresistas, políticos en ejercicio,<br />

autoridades de gobierno, periodistas de medios masivos, etcétera, quienes evidentemente están por<br />

fuera de lo que podríamos entender como campo académico de las comunicaciones (esto es<br />

particularmente notorio en las ediciones de la revista Chasqui, editada por CIESPAL). Segundo, es<br />

explícita la necesidad de definir dicho campo académico, lo que motiva la publicación de no pocos<br />

artículos acerca de la pertinencia de diferentes metodologías, la organización curricular de la enseñanza<br />

universitaria, la consolidación de agendas de investigación y el rol social del comunicador como<br />

“científico”. Es patente este esfuerzo en el número 3 (1983) de la revista Signo y pensamiento, editada<br />

por la Universidad Javeriana de Bogotá, cuyo monográfico se titula «Investigación es la consigna».<br />

La misma publicación presenta, en su número 8 (1986), un “giro copernicano” de la perspectiva crítica<br />

descrita hasta este punto. Casi la totalidad de los artículos incluidos en su monográfico “Comunicación<br />

y democracia” desarrollan algún tipo de análisis discursivo o hermenéutico. Varios de los textos apelan<br />

a elementos de la tradición crítica y también hacen foco en aspectos políticos, genealógicos e históricos<br />

del discurso. Es un número de transición: asistimos al desplazamiento del análisis comunicacional<br />

desde los métodos empíricos hacia los métodos discursivos. Y esto ocurre justo en un monográfico<br />

sobre democracia, justo en el momento en que comienzan las transiciones políticas en el continente. La<br />

tesis de la revista es clara: el discurso es político.<br />

El redescubrimiento de la cultura como escena de lo político<br />

Bajo la impronta de Antonio Gramsci y del redescubrimiento del factor cultural, de una lectura menos<br />

“apocalíptica” de la Escuela de Frankfurt, y contando además con los impulsos de los cultural studies<br />

de raíz anglosajona, los estudios en comunicación abren importantes nuevos derroteros para la<br />

investigación: se enfatiza más en las mediaciones culturales que en los medios, se busca conectar y no<br />

separar la cultura de masas de las culturas populares (Martín Barbero, 1987), se examinan las diversas<br />

relaciones que se dan entre lo hegemónico y lo subalterno evitando “esencialismos” en estos dominios,<br />

se sobrepasan demarcaciones y celos disciplinarios, se cuestionan lugares o pisos fijos que relegan los<br />

estudios en comunicación a la sola consideración de lo masivo (García Canclini, 1990), se<br />

problematizan, en fin, ciertos objetos y cánones consagrados por las comunidades hermenéuticas<br />

clásicas. Néstor García Canclini y Jesús Martín Barbero han sido considerados como “los máximos<br />

representantes de los Estudios Culturales latinoamericanos” (Richard, 2010: 12; 71-72): ellos forman<br />

parte importante, en efecto, sin ser los únicos, de los nuevos giros que toman los estudios en<br />

comunicación y cultura durante la segunda mitad de la década de 1980.<br />

En particular, las mediaciones en Martín Barbero marcan un hito en la historia latinoamericana de los<br />

estudios en comunicación. Alejado de los estudios funcionalistas y de los enfoques marxistas<br />

característicos de los setenta, propone un cambio de mirada, un desplazamiento desde el<br />

mediocentrismo de los trabajos anteriores hacia los complejos escenarios que componen la industria<br />

cultural y las culturas populares en América Latina (véase Martín Barbero, 2002; Santa Cruz, 1997).<br />

152

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!