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LA ADAPTACIÓN FAMILIAR EN ADOPCIÓN INTERNACIONAL
ticular (Simmel y cols., 2001), el retraso en el desarrollo cognitivo (Morison, Ames
y Chisholm, 1995; Rutter, 1998), el bajo rendimiento escolar (Verhulst y cols., 1990)
y la disminución de la autoestima.
Verhulst y cols., (1990) apuntan a que el retraso en la edad de la adopción está
asociado, en adopción internacional, a un aumento de la conducta delincuente y
los problemas de aislamiento en los chicos y a un aumento de los problemas de
pensamiento, agresividad y ansiedad-depresión en chicas medidos con el CBCL
mientras que Berry y Barth (1989) lo asocian al aumento de los problemas de hiperactividad
y también de delincuencia (Berry y Barth, 1989).
También se ha determinado que a mayor edad de la adopción mayor riesgo se
encuentra de que los problemas de los menores alcancen gravedad clínica. Logan
y cols. (1998), por ejemplo, informan de que la media de problemas de conducta
de los adoptados siendo mayores de dos años quedó por encima del rango clínico
del CBCL mientras que los adoptados más jóvenes tuvieron una media de problemas
de conducta muy similar a la de la población normativa.
Sharma y cols. (1996b) estudian el efecto de la edad de adopción en la adaptación
psicosocial de una muestra de más de cuatro mil adoptados nacionales frente
a un grupo control equiparado y concluye que a medida que aumenta la edad
de la adopción el nivel de adaptación de los menores decrecía. Divide su muestra
en cuatro grupos de edad: los adoptados antes del segundo año de vida, los adoptados
entre los dos y los seis años, los adoptados entre los seis y los diez años y
los adoptados con más de diez años. De entre estos grupos, los adoptados con
menor edad eran los más similares al grupo control y aunque persistían las diferencias
en algunas de las áreas de ajuste, los tamaños del efecto eran muy pequeños.
Este grupo de edad es también el que explica los mayores niveles de comportamiento
prosocial que se encuentra en los adoptados frente a los no adoptados.
En el otro extremo, los mayores tamaños del efecto para las diferencias entre adoptados
y no adoptados se daban en los menores adoptados con más de diez años
de edad. Las medias de los grupos de edad intermedios eran generalmente intermedias,
mostrando tamaños del efecto muy similares entre sí. El efecto de la edad,
además, se mostró independientemente de la raza, el género y la edad del menor
en el momento del estudio.
El estudio de la influencia de la edad de la adopción (o edad de inicio del acogimiento
preadoptivo) ha sido especialmente prolífico en relación a la ruptura de
la adopción (Sharma y cols., 1996b) y parece situarse como un predictor consistente
de la ruptura (Barth y cols.,1988; Benton y cols., 1985; Berástegui, 2003b; Boneh
1979; Boyne y cols., 1984; Coine y Brown, 1985; Festinger, 1986; Kadushin y Seidl,
1971; Hoksbergen y cols., 1988; McDonald y cols.,1991; Partridge y cols., 1986;
Schmidt y cols., 1988; Zwimpfer, 1983, etc). Ninguno de los estudios revisados mostró
resultados opuestos a esta tendencia.
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