La adaptación familiar en adopción internacional: - Share ...

EVOLUCIÓN Y DESARROLLO DE LA ADOPCIÓN INTERNACIONAL EN ESPAÑA
sus menores (Carter, 2000; Dickens, 1999). En Europa del Este y la antigua Unión Soviética
unos cincuenta millones de niños y niñas vive por debajo del umbral de la pobreza
tras la caída del régimen comunista (Carter, 2000) y muchos de ellos han tenido que
ser institucionalizados. Por ejemplo, en Rumania, en los siete años siguientes a la caída
del régimen de Ceaucescu en diciembre de 1989, las tasas de institucionalización infantil
aumentaron hasta un 60% de manera que un 1% de la población menor de tres años
vivía en instituciones y que cerca de un 7% de todos los menores del país habían pasado
por algún tipo de cuidado residencial alguna vez en su vida.
En la primera década del siglo XXI estamos asistiendo a la desestructuración
de la familia africana y con ello a su principal sistema de protección de menores.
El concepto amplio de familia africana y la pervivencia de las estructuras tradicionales
en las extensas áreas rurales del África subsahariana había hecho que muy
pocos menores africanos estuvieran efectivamente desprotegidos a pesar de ser el
continente económicamente más deprimido y de tener altas tasas de natalidad
(Adroher, 1998). Pero la capacidad de la familia extensa de proteger a los menores
se está viendo importantemente superada por los efectos devastadores que el SIDA
está teniendo en este continente (UNICEF, 2002).
POLÍTICAS DEFICIENTES DE PROTECCIÓN DE MENORES EN DETERMINADOS
ESTADOS
Sin embargo, los factores demográficos y económicos no son los únicos determinantes.
Los países que resuelven más solicitudes de adopción internacional no son países
con índices demográficos exagerados por lo que las causas hay que buscarlas también
en las políticas sociales y de protección a la infancia (Adroher y Assiego, 2001).
Incluso en países con tasas de natalidad y densidades de población altísimas como
China, el factor político es determinante ya que no se podría dar la adopción internacional
en las dimensiones en las que se da si no fuera por la política de un solo hijo.
En la mayoría de estos países faltan políticas de apoyo y reunificación familiar
y, en ocasiones, un marco jurídico adecuado que promocione alternativas a la institucionalización
aún cuando la existencia de residencias madre-hijo, de guarderías
para recién nacidos o de ayudas económicas para las mujeres con cargas familiares
no compartidas reduciría muy considerablemente el número de niños
entregados en adopción (Adroher y Assiego, 2001; Ferrándis, 2003).
Por otro lado, en muchos países se da prioridad a la adopción internacional sobre
otras medidas como la adopción o el acogimiento nacionales violando el principio de
subsidiariedad que debiera regir estos procesos. La adopción internacional es, en este
sentido, consecuencia de la falta de soluciones nacionales pero también causa de las
mismas. Esta prioridad de la adopción internacional sobre la nacional se sustenta en
que cada niño que sale del país es un ahorro para el estado, en que muchos trabajadores
sociales prefieren soluciones internacionales para sus niños porque conside-
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