La adaptación familiar en adopción internacional: - Share ...

NUESTRO MODELO DE ADAPTACIÓN INICIAL DE LA FAMILIA A LA ADOPCIÓN INTERNACIONAL
aceptan y aprueban como persona. Incluiría conductas de alabanza, aprobación,
aliento, ayuda, cooperación, comunicación, expresiones de cariño y
afecto físico de los padres hacia el niño.
2. CONTROL: se refiere al comportamiento de los padres hacia el hijo que tiene
como objetivo dirigir el comportamiento del niño en una dirección deseable
para los padres. Incluiría conductas tales como dar directrices, instrucciones,
mandatos, sugerencias, castigos, amenazas de castigo y también hacer preguntas,
imponer normas y restricciones y explicarlas.
Por lo general, las familias adoptivas son capaces de desarrollar altos niveles
de afecto y consideran que las normas son importantes para el desarrollo de los
niños pero se dan grandes diferencias, sin embargo, en los modos de ejercer el control
(Palacios, 1998).
En nuestro modelo, la disfuncionalidad de la conducta parental (entendida
como exceso de laxitud o sobrerreactividad) vendrá determinada por el estrés
parental, tanto directamente (Abidin, 1992; Belsky, 1984; Webster-Stratton, 1990)
como a través de la evaluación que hace la familia de los estresores en términos
de control y confirmación de expectativas. También Abidin (1992) hipotetiza esta
doble influencia aunque el efecto indirecto del estrés está mediado en su modelo
a través de los recursos, entre los que se cuenta el afrontamiento cognitivo.
4.3.4. FACTOR XX: LA ADAPTACIÓN
Hay que tener en cuenta que nuestro modelo considera la adaptación como un
proceso y, por lo tanto este factor sólo se refiere a la adaptación inicial. El grado
de adaptación inicial será un factor clave en las distintas crisis que se presenten a
lo largo del ciclo de vida familiar. Tal y como ha hecho la literatura precedente,
contemplamos por separado la adaptación familiar y la adaptación psico-social del
menor.
1. ADAPTACIÓN FAMILIAR
Sería el resultado del proceso familiar puesto en marcha en respuesta a la acumulación
de demandas. La adaptación no significa que la crisis no se haya dado,
que los problemas no hayan aparecido ni que la familia no haya cambiado sino
que la familia ha asumido un nivel rutinario de funcionamiento cotidiano en el que
se considera que el menor es parte del sistema, por un lado, y que su adopción ha
traído consecuencias positivas, satisfactorias o gratificantes a la familia.
A pesar de que muchas investigaciones han considerado el efecto de la conducta
inadaptada del menor sobre la adaptación de la familia (Berástegui, 2003b;
Berry y Barth, 1989; Hoksbergen y cols., 1988; McDonald y cols., 1991; Rosenthal
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