La adaptación familiar en adopción internacional: - Share ...

EVOLUCIÓN Y DESARROLLO DE LA ADOPCIÓN INTERNACIONAL EN ESPAÑA
Si en Europa y Norteamérica la filosofía del interés superior del niño en adopción
es de aparición relativamente moderna (Goldstein, Freud y Solnit, 1979) en España
no se refleja en la legislación y la práctica de la adopción hasta la reforma del Código
Civil de 1987. En ella se establece el “superior interés del niño” como principal
principio informador que debe inspirar a todos los agentes implicados en el proceso.
Este principio se traduce fundamentalmente en concebir la adopción como la búsqueda
de una familia para un niño, más que de un niño para una familia, poniendo
en este punto su verdadera finalidad social (Preámbulo de la Ley 21/1987). Desde
esta perspectiva el beneficio del adoptando “se sobrepone, con el necesario equilibrio, a
cualquier otro interés legítimo subyacente en el proceso” (Preámbulo de la Ley 21/1987).
La traslación de la finalidad de la adopción hacia los derechos del niño supone
una verdadera revolución que modifica sustancialmente la filosofía subyacente
a la adopción, las motivaciones y configuraciones de las familias que pueden adoptar,
el contingente de niños adoptables y el mismo proceso de adopción (Brodzinsky
y cols., 1995). Aunque estos cambios ya se han operado en gran medida en la legislación
y se han impuesto en los procesos de adopción tanto nacional como internacional
en España, todavía nos movemos, socialmente, en los vestigios de la concepción
tradicional y centrada en los derechos de los adultos (Adroher y Berástegui,
2001; Montané, 1996). Con demasiada frecuencia se utiliza el derecho a la igualdad
de todas las personas para justificar el derecho a adoptar de una persona (Servicio
Social Internacional, 2004) y además la posibilidad de adoptar se equipara al
reconocimiento público de determinados modos familiares (Ferrándis, 2003) pero
no debemos olvidar que la adopción, en la concepción actual, es un derecho del
niño que necesita una familia de manera permanente, no un derecho de los adultos
a conseguir que se les confíe un niño porque así lo desean. Este debe ser el
punto de partida de cualquier debate. Hay que luchar contra la filosofía del derecho
al hijo que, en adopción internacional, ha sido excusa para muchos abusos y
violaciones de los derechos de los niños (Montané, 1996).
Montané (1996) propone como uno de los retos fundamentales de la adopción
en España el promover y generar una cultura de la adopción realista y centrada
en los derechos del menor como objetivo primordial de la misma. El modo en que
la adopción internacional ha irrumpido en España, y muy especialmente en la
Comunidad de Madrid, con un crecimiento exponencial de las solicitudes y la consiguiente
presión de los solicitantes así como el desconocimiento previo tanto de
los procesos como, en muchas ocasiones, de la especificidad psicosocial que entraña
este tipo de adopciones, ha hecho que la salvaguarda eficaz de estos derechos
haya sido una tarea especialmente ardua para los profesionales de la protección
infantil. Aún quedan muchos esfuerzos por emprender, desde el mundo de la investigación
y de la práctica de la adopción, para garantizar que todo niño que necesite
una familia encuentre un entorno cálido, estable, seguro y responsable en el
que crecer y desarrollarse.
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