La adaptación familiar en adopción internacional: - Share ...

CONCLUSIONES
Por otro lado, este sesgo en el tipo de respuestas podría estar ligado a si el
informador es el padre o la madre. En nuestra muestra contesta mayoritariamente
la madre (65,4%), tal y como sucede en la mayoría de los estudios sobre adopción
(McDonald y cols., 2001; Rosenthal y Groze, 1994). Encontramos que las madres
relatan mayores problemas de ansiedad y mayores problemas internalizantes de los
menores al inicio de la convivencia que los padres o que los que son contestados
por ambos, sesgo que no se mantiene en los problemas actuales de conducta lo que
puede deberse a que ellas, o bien tengan un recuerdo más preciso de los primeros
momentos o bien que presten más atención a la conducta internalizante de los
menores a pesar de ser problemáticas menos disruptivas. Estos datos contrastan
con los de Borders y cols. (1998) que no encuentra diferencias en la conducta de
los menores en función del progenitor que responde.
También vemos que los cuestionarios que son contestados por el padre y la
madre juntos muestran menores problemas en el proceso que los que son contestados
sólo por uno de los dos. Puede ser que las dificultades del proceso hayan sido
más difícilmente salvables para las familias con igual grado de implicación en la
adopción como sugieren Levy-Shiff y cols. (1997) pero también podría explicarse a
la inversa de manera que las familias que están más contentas con el proceso también
estén más implicadas con el mundo de la adopción y deseen colaborar ambos.
También encontramos diferencias en las estrategias de afrontamiento que dicen
utilizar unos y otros (aunque se les pide que den respuestas sobre lo que hace la
familia) mostrando las madres más recursos en general, buscando mayor apoyo
social, mayor movilización familiar para conseguir apoyo y mayor búsqueda de
apoyo espiritual que las familias en las que contesta el padre, tendencia que también
se da en población normativa (Ruano y Serra, 2001). Por el contrario, las familias
en las que contesta el padre muestran estilos educativos más laxos que en las
que contesta la madre. No encontramos mayores tasas de adaptación familiar en
función del progenitor que responde, en contra de lo propesto por McDonald y
cols. (2001). Estas diferencias deben ser tenidas en cuenta, especialmente porque
algunos autores destacan que las variables familiares tenían más influencia en la
ruptura de la adopción según eran relatadas por el padre y menos por la madre
(Westhues y Cohen, 1990).
c) Selección de grupos control
El objetivo de nuestro estudio no era comparar el funcionamiento de los adoptados
con el de los no adoptados sino saber cómo funcionan estos en función de
las dinámicas puestas en marcha por las familias que los adoptan independientemente
de sus similitudes o diferencias con la población normativa. Por otro lado,
hay autores que ponen en cuestión la posibilidad de equiparar realmente un grupo
de adoptados a uno de no adoptados por la complejidad de las variables implica-
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