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La adaptación familiar en adopción internacional: - Share ...

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LA ADAPTACIÓN FAMILIAR EN ADOPCIÓN INTERNACIONAL<br />

to del estudio (30,27) estaba más cerca de la media de las puntuaciones normativas<br />

(28,65 para chicos y 28,40 <strong>en</strong> muestra española; Mor<strong>en</strong>o y del Barrio, 1997) que<br />

de las clínicas. También <strong>en</strong> el estudio de Barth y Berry (1991) con niños mayores<br />

de tres años, la media estuvo cerca del rango clínico <strong>en</strong> todas dim<strong>en</strong>siones del<br />

CBCL a excepción de las quejas somáticas y el 76% alcanzaba el rango clínico al<br />

m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> una dim<strong>en</strong>sión del CBCL.<br />

A partir de estos datos podemos afirmar que el funcionami<strong>en</strong>to de los m<strong>en</strong>ores<br />

<strong>en</strong> nuestra muestra es mejor que el mostrado <strong>en</strong> la mayor parte de la investigación<br />

preced<strong>en</strong>te.<br />

Estudiando la conducta por síndromes se puede observar que sólo permanecían<br />

d<strong>en</strong>tro del rango clínico del síndrome internalizante un 6,7% de los m<strong>en</strong>ores (y<br />

un 11,0% límite) y un 16,6% <strong>en</strong> el síndrome externalizante (y un 6,1% límite). Es<br />

destacable como la importancia de los síndromes <strong>en</strong> la determinación del carácter<br />

clínico de la conducta se invierte desde el principio de la conviv<strong>en</strong>cia (con un 23,1%<br />

de los m<strong>en</strong>ores con rangos clínicos <strong>en</strong> el síndrome internalizante y un 20,5% <strong>en</strong> el<br />

externalizante) hasta el mom<strong>en</strong>to del estudio. Quizás este efecto se deba a una<br />

mayor capacidad de la familia para modificar la conducta internalizante de los<br />

m<strong>en</strong>ores fr<strong>en</strong>te a la externalizante que, por definición, es más disruptiva. <strong>La</strong> explicación<br />

también puede v<strong>en</strong>ir dada por que las conductas internalizantes t<strong>en</strong>gan un<br />

carácter más situacional, es decir, el m<strong>en</strong>or viva episodios de ansiedad/depresión<br />

o aislami<strong>en</strong>to debido al <strong>en</strong>orme cambio ambi<strong>en</strong>tal y estimular que supone una<br />

<strong>adopción</strong> <strong>internacional</strong>, y desaparezcan espontáneam<strong>en</strong>te con el paso del tiempo<br />

lo que invertiría los términos <strong>en</strong> cuanto a pres<strong>en</strong>cia y gravedad de los trastornos<br />

internalizantes fr<strong>en</strong>te a los externalizantes.<br />

At<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do a los síndromes de banda estrecha, un 75,3% de los m<strong>en</strong>ores se<br />

<strong>en</strong>contraba d<strong>en</strong>tro del rango normal de problemas de at<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to del<br />

estudio fr<strong>en</strong>te al 49,7% que t<strong>en</strong>ía una conducta normalizada al inicio de la conviv<strong>en</strong>cia.<br />

Aún así, los problemas de at<strong>en</strong>ción sigu<strong>en</strong> si<strong>en</strong>do los que aportan un mayor<br />

porc<strong>en</strong>taje de casos clínicos a nuestra muestra (12,3% clínicos y 12,3% límites).<br />

En los problemas sociales, un 78,9% se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> el rango normal fr<strong>en</strong>te al<br />

60 % del inicio de la conviv<strong>en</strong>cia adoptiva. Tan sólo queda un 5,3% de los m<strong>en</strong>ores<br />

con problemas clínicos <strong>en</strong> este aspecto pero hay un gran conting<strong>en</strong>te de m<strong>en</strong>ores<br />

con problemas límites (15,8%).<br />

En cuanto a la conducta delincu<strong>en</strong>te, al igual que con los problemas sociales, son<br />

más los m<strong>en</strong>ores con conductas límites (10,4%) que con problemas clínicos de conducta<br />

delincu<strong>en</strong>te propiam<strong>en</strong>te dichos (3,1%). De nuevo nos <strong>en</strong>contramos con un<br />

mayor conting<strong>en</strong>te d<strong>en</strong>tro de los rangos normales (86,5% fr<strong>en</strong>te al 84% que estaba así<br />

categorizado al inicio de la conviv<strong>en</strong>cia) pero el cambio parece m<strong>en</strong>os importante.<br />

Un patrón similar ocurre con la conducta agresiva. A pesar del aum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la<br />

proporción de m<strong>en</strong>ores con rangos normales de conducta agresiva <strong>en</strong>tre el inicio<br />

de la conviv<strong>en</strong>cia y el mom<strong>en</strong>to actual (87,1% fr<strong>en</strong>te al 85,9%), <strong>en</strong> este caso el por-<br />

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