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Saramago, Jose - La caverna - Telefonica.net

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nombre es Isaura Madruga, Ah, bueno, hizo Cipriano Algor, y pensó<br />

que ya no necesitaría preguntarle a la interesada, Entonces cómo es su<br />

nombre de soltera, pero en seguida se recordó a sí mismo que,<br />

sentado en el banco de piedra al lado del horno y teniendo al perro<br />

Encontrado por testigo, había tomado la decisión de dar por írritos y<br />

nulos todos los dichos y hechos expresados y acontecidos entre él y la<br />

viuda Estudiosa, no olvidemos que las palabras pronunciadas fueron<br />

exactamente Se acabó, no se remata de modo tan perentorio un<br />

episodio de la vida sentimental para dos días después dar lo dicho por<br />

no dicho. El efecto inmediato de estas reflexiones fue que Cipriano<br />

Algor adoptara un aire desprendido y superior, y con tal convicción<br />

que, sin que la mano le temblase, pudo acercarse y levantar la<br />

servilleta, Tiene buen aspecto, dijo. En este momento Marta entendió<br />

que era oportuno añadir, En cierta manera es un recuerdo de<br />

despedida. <strong>La</strong> mano bajó despacio, dejó caer delicadamente la<br />

servilleta sobre el bizcocho en forma de corona circular, Despedida,<br />

oyó Marta preguntar, y respondió, Sí, en caso de que no consiga<br />

trabajo aquí, Trabajo, Está repitiendo mis palabras, padre, No soy<br />

ningún eco, no estoy repitiendo tus palabras. Marta no hizo caso de la<br />

respuesta, Tomamos un café, yo quería encetar el bizcocho pero ella<br />

no lo permitió, estuvo aquí más de una hora, conversamos, me contó<br />

un poco de su vida, la historia de su boda, no tuvo tiempo para saber<br />

si eso era felicidad o si estaba dejando de serlo, las palabras son de<br />

ella, no mías, en fin, si no encuentra trabajo vuelve al sitio de donde<br />

vino y donde tiene familia, Aquí no hay trabajo para nadie, dijo<br />

Cipriano Algor secamente, Es también lo que ella cree, por eso el<br />

bizcocho es como la primera mitad de una despedida, Espero no estar<br />

en casa en el momento de la segunda, Por qué, preguntó Marta.<br />

Cipriano Algor no respondió. Salió de la cocina hacia el dormitorio, se<br />

desnudó rápidamente, lanzó de soslayo una mirada al espejo de la<br />

cómoda que le mostraba su cuerpo y se metió en el baño. Abrió el<br />

grifo. Un poco de agua salada se mezcló con el agua dulce que caía de<br />

la ducha.<br />

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