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Saramago, Jose - La caverna - Telefonica.net

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situaciones, almorzando en la misma mesa, conversando en el banco<br />

de piedra, dando de comer al perro Encontrado, recogiendo los frutos<br />

del moral, encendiendo el farol que está sobre la puerta, apartando el<br />

embozo de las sábanas de la cama, eran sin duda demasiados<br />

pensamientos y demasiado arriesgados para quien ni siquiera había<br />

querido probar el bizcocho. Claro está que las palabras de Marcial no<br />

requerían respuesta, no habían sido más que la verificación de un<br />

hecho para todos evidente, lo mismo que decir simplemente Me<br />

gustaría ayudaros, pero no es posible, sin embargo, Cipriano Algor<br />

creyó que debería dar expresión a una parte de los pensamientos con<br />

que ocupó el silencio subsiguiente a lo dicho por Marcial, no de los<br />

pensamientos íntimos, que mantiene encerrados en la caja fuerte de<br />

su patético orgullo de viejo, sino de aquellos que, de un modo u otro,<br />

son comunes a cuantos viven en esta casa, los confiesen o no, y que<br />

pueden ser resumidos en poco más de media docena de palabras, qué<br />

será lo que nos reserva el día de mañana. Dijo él, Es como si<br />

estuviésemos caminando en la oscuridad, el paso siguiente tanto podrá<br />

ser para avanzar como para caer, comenzaremos a saber lo que nos<br />

espera cuando el primer encargo esté puesto a la venta, a partir de ahí<br />

podremos echar cuentas del tiempo que nos van a necesitar, si mucho,<br />

si poco, si nada, será como estar deshojando una margarita a ver qué<br />

contesta, <strong>La</strong> vida no es muy diferente a eso, observó Marta, Pues no,<br />

pero lo que nos vinimos jugando durante años ahora nos lo jugamos<br />

en semanas o en días, de pronto el futuro se ha acortado, si no me<br />

equivoco ya he dicho algo parecido a esto. Cipriano Algor hizo una<br />

pausa, después añadió encogiéndose de hombros, Prueba de que es la<br />

pura verdad, Aquí sólo hay dos caminos, dijo Marta, resoluta e<br />

impaciente, o trabajar como hemos hecho hasta ahora, sin darle más<br />

vueltas a la cabeza que las necesarias para el buen acabado de la<br />

obra, o suspenderlo todo, informar al Centro de que desistimos del<br />

encargo y quedarnos a la espera, A la espera de qué, preguntó Marcial,<br />

De que te asciendan, de que nos mudemos al Centro, de que padre<br />

decida de una vez si se quiere quedar o venir con nosotros, lo que no<br />

podemos hacer es seguir en esta especie de sí pero no, que ya dura<br />

semanas, Dicho de otra forma, dijo Cipriano Algor, que ni padre<br />

muere, ni comemos caldo, Le perdono lo que acaba de decir porque sé<br />

lo que pasa dentro de su cabeza, No se enfaden, por favor, pidió<br />

Marcial, para mal vivir ya me basta con lo que tengo que aguantar en<br />

mi propia familia, Calma, no te preocupes, dijo Cipriano Algor, aunque<br />

ante los ojos de alguien pudiera parecerlo, entre tu mujer y yo nunca<br />

habría un enfado real, Pues no, pero hay ocasiones en que me dan<br />

ganas de pegarle, amenazó Marta sonriendo, y miren que a partir de<br />

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