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Saramago, Jose - La caverna - Telefonica.net

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fue así, es fácil de comprender que Marcial Gacho no haya podido<br />

avanzar por el camino que se le abría, dado que ese camino estaba<br />

destinado a una persona que no era él. En cuanto al alfarero, ése lleva<br />

vividos años más que suficientes para saber que la mejor manera de<br />

hacer que una rosa muera es abrirla a la fuerza cuando todavía no<br />

pasa de ser una pequeña promesa de flor. Guardó, por tanto, en la<br />

memoria las palabras del yerno e hizo como que no se había dado<br />

cuenta de su verdadero alcance. No volvieron a hablar hasta que<br />

entraron en la aldea. Como de costumbre cuando traía del Centro al<br />

yerno, Cipriano Algor se detuvo ante la puerta de sus mal avenidos<br />

compadres, justo el tiempo para que Marcial entrara, diera un beso a<br />

la madre, y al padre, si estaba en casa, se informara de cómo andaban<br />

de salud desde la última vez y saliera después de haber dicho, Mañana<br />

vengo más despacio. En general, eran más que suficientes cinco<br />

minutos para que la rutina del sentimiento filial se cumpliese, el resto<br />

de las expansiones y lo más sustancial de las conversaciones quedaban<br />

para el día siguiente, unas veces almorzando, otras no, pero casi<br />

siempre sin la compañía de Marta. Hoy, sin embargo, los cinco minutos<br />

no bastaron, ni los diez, y fueron casi veinte lo s que tuvieron que<br />

consumirse antes de que Marcial reapareciese. Entró en la furgo<strong>net</strong>a<br />

bruscamente y cerró la puerta con fuerza. Tenía la cara seria, casi<br />

sombría, una expresión endurecida de adulto para la que la juventud<br />

de sus facciones todavía no estaba preparada. Has tardado mucho<br />

hoy, está alguien enfermo, algún problema en la familia, preguntó el<br />

suegro, solícito, No, no es nada grave, perdone que le haya obligado a<br />

esperar tanto, Vienes enfadado, No es nada grave, ya se lo he dicho,<br />

no se preocupe. Están casi llegando, la furgo<strong>net</strong>a gira a la izquierda<br />

para comenzar a subir la ladera que conduce a la alfarería, al cambiar<br />

de velocidad Cipriano Algor recuerda que ha pasado por donde vive<br />

Isaura Estudiosa sin haber pensado en ella, y es en este momento<br />

cuando un perro baja la cuesta corriendo y ladrando, segunda sorpresa<br />

que Marcial tiene hoy, o tercera, si la visita a los padres resultó ser la<br />

segunda. De dónde sale este perro, preguntó, Apareció por aquí hace<br />

unos días y dejamos que se quedara, es un animal simpático, le<br />

pusimos de nombre Encontrado, aunque, si lo pensamos bien, los<br />

encontrados somos nosotros, y no él. Cuando la furgo<strong>net</strong>a llegó al final<br />

de la rampa y se detuvo, unas cuantas cosas sucedieron<br />

simultáneamente, o con intervalos mínimos de tiempo, Marta apareció<br />

en la puerta de la cocina, el alfarero y el guarda interno salieron del<br />

coche, Encontrado gruñó, Marta vino hacia Marcial, Marcial fue hacia<br />

Marta, el perro dio un gruñido profundo, el marido abrazó a la mujer,<br />

la mujer abrazó al marido, luego se besaron, el perro dejó de gruñir y<br />

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