Saramago, Jose - La caverna - Telefonica.net
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cierta manera es como si ya hubiese ocurrido, las expectativas hacen<br />
algo más que anular las sorpresas, embotan las emociones, las<br />
banalizan, todo lo que se deseaba o temía ya había sido vivido<br />
mientras se deseó o temió. Durante la cena Marcial dio una importante<br />
información de la que se había olvidado, y ésta desagradó francamente<br />
a Marta, Quieres decir que no podremos llevarnos nuestras cosas,<br />
Algunas sí, las de decoración de la casa, por ejemplo, pero no los<br />
muebles, ni la vajilla, ni la cristalería, ni los cubiertos, ni los manteles,<br />
ni las cortinas, ni la ropa de cama, el apartamento ya tiene todo lo que<br />
se necesita, O sea que mudanza, mudanza, eso que llamamos<br />
mudanza, no habrá, dijo Cipriano Algor, Se mudan las personas, ésa<br />
es la mudanza, Vamos a dejar esta casa con todo lo que tiene dentro,<br />
dijo Marta, Ya ves que no hay otro remedio. Marta pensó un poco,<br />
después tuvo que aceptar lo inevitable, Vendré por aquí de vez en<br />
cuando, para abrir las ventanas, airear las habitaciones, una casa<br />
cerrada es como una planta que se olvidan de regar, muere, se seca,<br />
se marchita. Cuando acabaron de comer, y antes de que Marta se<br />
levantase para retirar los platos, Cipriano Algor dijo, He estado<br />
pensando. <strong>La</strong> hija y el yerno entrecruzaron las miradas, como si se<br />
transmitiesen uno a otro palabras de alarma, Nunca se sabe por dónde<br />
puede salir cuando se pone a pensar. <strong>La</strong> primera idea, continuó el<br />
alfarero, fue que Marcial me ayudase mañana en el trabajo del horno,<br />
Pido licencia para recordarle que quedó claro que tendríamos tres días<br />
de descanso, puntualizó Marta, Los tuyos comienzan mañana, Y los<br />
suyos, Los míos tampoco van a tardar, sólo tendrán que esperar un<br />
poco, Bien, ésa es la primera idea, y la segunda, cuál es, o la tercera,<br />
preguntó Marta, Disponemos en el horno, por la mañana, los muñecos<br />
que están listos para cocer, pero no lo encendemos, luego me ocuparé<br />
yo de eso, a continuación me ayudáis a cargar en la furgo<strong>net</strong>a las<br />
figuras que ya están acabadas, y mientras las llevo al Centro y vuelvo,<br />
os quedáis tranquilos aquí, sin un padre y un suegro metiéndose donde<br />
no lo llaman, Ese es el acuerdo que hizo con el departamento de<br />
compras, entregar los muñecos mañana, preguntó Marcial, no fue ésa<br />
la impresión que saqué, pensé que los llevaríamos después, cuando<br />
vayamos los tres, Así es mejor, respondió Cipriano Algor, se gana<br />
tiempo, Se gana por un lado y se pierde por otro, las otras figuras van<br />
a retrasarse, No se retrasarán mucho, enciendo el horno así que llegue<br />
a casa después de que regresemos del Centro, quién sabe si no será la<br />
última vez, Vaya idea la suya, todavía tenemos seiscientos muñecos<br />
por hacer, dijo Marta, No estoy tan seguro de eso, Por qué, En primer<br />
lugar, la mudanza, el Centro no es persona que se quede a la espera<br />
de que el suegro del guarda residente Marcial Gacho termine un<br />
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