Saramago, Jose - La caverna - Telefonica.net
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Marcial, y en ese momento le vino a la memoria que también había<br />
encontrado buena la idea de entregar el perro a los cuidados de la<br />
vecina del cántaro, Después de acercarte a tu puesto voy a hablar con<br />
el jefe de compras, tengo la seguridad de que estará de acuerdo, dijo<br />
Cipriano Algor, Ojalá, respondió Marcial, y reparó en que otra vez<br />
repetía una palabra pronunciada poco antes, es lo que nos sucede<br />
siempre con las palabras, las repetimos constantemente, pero en<br />
algunos casos, no se sabe por qué, se nota más. Cuando la furgo<strong>net</strong>a<br />
entraba en la ciudad Marcial preguntó, Quién va a pintar ahora los<br />
muñecos, Marta insiste en querer pintarlos, argumenta que yo no<br />
podré estar, al mismo tiempo, en misa y repicando, no lo dijo con<br />
estas palabras, pero el sentido era el mismo, Padre, las pinturas<br />
intoxican, Sí que intoxican, Y en el estado en que Marta se encuentra<br />
me parece inconveniente, Yo me ocuparé de la primera mano, puedo<br />
usar la pistola, es cierto que dispersa la pintura en el aire pero<br />
compensa por la rapidez, Y luego, Luego se pintará con pincel, no<br />
perjudica, Se debería haber comprado al menos una mascarilla, Era<br />
cara, murmuró Cipriano Algor, como si tuviera vergüenza de sus<br />
propias palabras, Si conseguimos encontrar dinero para alquilar la<br />
camio<strong>net</strong>a que sacó del Centro lo que quedaba de cacharrería, también<br />
se encontrará el necesario para comprar la mascarilla, No lo<br />
pensamos, dijo Cipriano Algor, después enmendó, contrito, No lo<br />
pensé. Iban ya por la avenida que los conducía en línea recta al<br />
Centro, a pesar de la distancia podían leerse las palabras del<br />
gigantesco anuncio que habían colocado, USTED ES NUESTRO MEJOR<br />
CLIENTE, PERO, POR FAVOR, NO SE LO DIGA A SU VECINO. Cipriano<br />
Algor no hizo ningún comentario, a Marcial lo sorprendió un<br />
pensamiento, Se divierten a nuestra costa. Cuando la furgo<strong>net</strong>a<br />
estacionó frente a la puerta del Servicio de Seguridad, Marcial dijo,<br />
Después de haber hablado con el jefe del departamento de compras<br />
pase por aquí, voy a ver si le consigo una mascarilla, Para mí no es<br />
necesario, ya te lo he dicho, y Marta sólo utilizará los pinceles, <strong>La</strong><br />
conoce tan bien como yo, en la primera ocasión que se distraiga<br />
ocupará su lugar y cuando se quiera dar cuenta de lo sucedido será<br />
tarde, No sé cuánto tiempo emplearé en el departamento de compras,<br />
pregunto por ti aquí o entro y te busco, No entre, no merece la pena<br />
entrar, dejaré la mascarilla a mi colega de la puerta, Como quieras,<br />
Hasta dentro de diez días, Hasta dentro de diez días, Cuídeme a Marta,<br />
padre, <strong>La</strong> cuidaré, sí, vete tranquilo, mira que no la quieres más que<br />
yo, Si es más o si es menos no lo sé, la quiero de otra manera,<br />
Marcial, Dígame, Dame un abrazo, por favor. Cuando Marcial salió de<br />
la furgo<strong>net</strong>a llevaba los ojos húmedos. Cipriano Algor no se dio ningún<br />
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