Saramago, Jose - La caverna - Telefonica.net
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especialistas de quienes habló el comandante se presenten<br />
rápidamente para que seamos retirados de este servicio, Tuviste<br />
miedo, preguntó Marcial, Miedo, lo que se llama miedo, tal vez no,<br />
pero te aviso que vas a sentir, en cada momento, como si alguien<br />
detrás de ti fuera a ponerte una mano en el hombro, No sería lo peor<br />
que podría suceder, Depende de la mano, si quieres que te hable con<br />
toda franqueza, son cuatro horas luchando contra un deseo loco de<br />
huir, de escapar, de desaparecer de allí, Hombre prevenido vale por<br />
dos, así ya sé lo que me espera, No lo sabes, sólo lo imaginas, y mal,<br />
corrigió el colega. Ahora es la una y media de la madrugada, Marcial<br />
está despidiéndose de Marta con un beso, ella le pide, No te<br />
entretengas cuando acabes el turno, Vendré corriendo, mañana te lo<br />
cuento todo, lo prometo. Marta lo acompañó a la puerta, se besaron<br />
una vez más, después volvió adentro, ordenó primero algunas cosas, y<br />
luego se acostó. No tenía sueño. Se decía a sí misma que no había<br />
motivo de preocupación, que ya otros guardas estuvieron de centinelas<br />
y no aconteció nada, cuántas veces sucede que se arman por un<br />
quítame allá esas pajas misterios terribles, como si fuesen auténticas<br />
serpientes de siete cabezas, y cuando se miran de cerca no son más<br />
que humo, viento, ilusión, voluntad de creer en lo increíble. Los<br />
minutos pasaban, el sueño andaba lejos, Marta se acababa de decir a<br />
sí misma que haría mejor encendiendo la luz y poniéndose a leer un<br />
libro, cuando le pareció oír que se abría la puerta del dormitorio del<br />
padre. Como él no tenía hábito de levantarse durante la noche, aguzó<br />
el oído, probablemente iría al cuarto de baño, sin embargo, los pasos,<br />
poco a poco, comenzaron a sonar cautelosos pero perceptibles, en la<br />
pequeña sala de la entrada. Quizá vaya a la cocina a beber agua,<br />
pensó. El ruido inconfundible de una cerradura hizo que se levantara<br />
rápidamente. Se puso la bata a toda prisa y salió. El padre tenía la<br />
mano en el tirador de la puerta. Adonde va a estas horas, preguntó<br />
Marta, Por ahí, dijo Cipriano Algor, Tiene derecho a ir a donde quiera,<br />
es mayor y está vacunado, pero no puede irse sin decir ni una palabra,<br />
como si no hubiese nadie más en casa, No me hagas perder tiempo,<br />
Por qué, tiene miedo de llegar después de las seis, preguntó Marta, Si<br />
ya sabes adonde quiero ir, no necesitas más explicaciones, Al menos<br />
piense que le puede crear problemas a su yerno, Como tú misma has<br />
dicho, soy mayor y estoy vacunado, Marcial no puede ser<br />
responsabilizado por mis actos, Quizá sus patrones sean de otra<br />
opinión, Nadie me verá, y en caso de que aparezca alguien echándome<br />
atrás, le digo que padezco sonambulismo, Sus gracias están fuera de<br />
lugar en este momento, Entonces hablaré en serio, Espero que sea así,<br />
Está pasando algo ahí abajo que necesito saber, Haya lo que haya no<br />
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