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Saramago, Jose - La caverna - Telefonica.net

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sitio, de otro mundo, Por qué dice de otro mundo, No sé, tal vez<br />

porque me parece tan diferente de los perros de ahora, Apenas ha<br />

tenido tiempo de verlo, Lo que he visto ha sido suficiente, y tanto es<br />

así que si no lo quiere, me ofrezco para quedarme con él, Si fuese otro<br />

perro tal vez no me importase dejárselo, pero a éste ya hemos<br />

decidido recogerlo, si no aparece el dueño, claro, O sea que lo quieren,<br />

Hasta le hemos puesto nombre, Cómo se llama, Encontrado, A un<br />

perro perdido es el nombre que mejor le sienta, Eso es también lo que<br />

mi hija dijo, Pues entonces, si lo quiere para usted, no se preocupe<br />

más, Tengo la obligación de restituírselo al dueño, también me<br />

gustaría que me devolviesen un perro que hubiera perdido, Si lo<br />

hiciera estaría en contra de la voluntad del animal, piense que él quiso<br />

escoger otra casa para vivir, Viendo las cosas desde ese lado, no digo<br />

que no tenga razón, pero la ley manda, la costumbre manda, No<br />

piense en la ley ni en la costumbre, señor Cipriano, tome para sí lo que<br />

ya es suyo, Mucha confianza es ésa, A veces es necesario abusar un<br />

poco de ella, Cree entonces, Creo, sí, Me ha gustado mucho hablar con<br />

usted, A mí también, señor Cipriano, Hasta la próxima vez, Hasta la<br />

próxima vez. Con el cántaro apretado contra el pecho, Isaura<br />

Estudiosa miró desde su puerta la furgo<strong>net</strong>a que daba la vuelta para<br />

deshacer el camino andado, miró al perro y al hombre que conducía, el<br />

hombre hizo con la mano izquierda una señal de despedida, el perro<br />

debía de estar pensando en su casa y en el moral que le hacía de cielo.<br />

Así, mucho antes de lo que hubiera calculado, Cipriano Algor volvió a<br />

la alfarería. El consejo de la vecina Isaura Estudiosa, o Isaura sin más,<br />

para abreviar, era sensato, razonable, flagrantemente apropiado a la<br />

situación, y, si se aplicase al funcionamiento general del mundo, no<br />

habría ninguna dificultad en encuadrarlo en el plano de un orden de<br />

cosas al que poco le faltaría para ser considerado perfecto. El lado<br />

admirable de todo esto, sin duda, fue el hecho de que ella lo expresara<br />

con la más acabada de las naturalidades, sin darle vueltas a la cabeza,<br />

como quien para decir que dos y dos son cuatro no necesita emplear<br />

tiempo pensando, primero, que dos y uno son tres, y, después, que<br />

tres y otro son cuatro, Isaura tiene razón, sobre todo debo respetar el<br />

deseo del animal y la voluntad que lo transformó en acto. A<br />

quienquiera que sea el dueño, o, prudente corrección, quienquiera que<br />

haya sido, ya no le asiste el derecho de venir con reclamaciones, Este<br />

perro es mío, porque todas las apariencias y evidencias están<br />

demostrando que si Encontrado estuviera dotado del humano don de la<br />

palabra, sólo tendría una respuesta que dar, Pues yo a este dueño no<br />

lo quiero. Por tanto, bendito sea mil veces el cántaro partido, bendita<br />

la idea de obsequiar a la mujer de luto con un cántaro nuevo, y,<br />

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