Saramago, Jose - La caverna - Telefonica.net
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cueva y colocados al lado de la enfermera, más o menos limpios de<br />
cenizas, pero sin el beneficio suplementario del soplo vital. No había<br />
allí nadie que preguntara al alfarero los motivos de la diferencia de<br />
trato, determinados, a primera vista, por la diferencia de sexo, salvo si<br />
la intervención demiúrgica resultó simplemente de que la figura de la<br />
enfermera fue la primera en salir del agujero, siempre, desde que el<br />
mundo es mundo, así ha sucedido, se cansan de la creación los<br />
creadores en cuanto ella deja de ser novedad. Recordando, sin<br />
embargo, los complejos problemas de modelado con que Cipriano<br />
Algor tuvo que luchar cuando trabajaba el pecho de la enfermera, no<br />
sería demasiado temerario presumir que la razón última del soplido se<br />
encuentre, aunque de modo oscuro e impreciso, en ese su inmenso<br />
esfuerzo por llegar a lo que la propia ductilidad de la arcilla prometía a<br />
la vez que negaba. Quién sabe. Cipriano Algor volvió a llenar el<br />
agujero con la tierra que por natural derecho le pertenecía, la aplanó<br />
bien para que ningún puñado se quedara fuera, y, con tres muñecos<br />
en cada mano, se dirigió a casa. Curioso, con la cabeza levantada,<br />
Encontrado brincaba a su lado. <strong>La</strong> sombra del moral se había<br />
despedido de la noche, el cielo comenzaba a abrirse todo con el primer<br />
azul de la mañana, el sol no tardaría en despuntar en un horizonte que<br />
desde allí no se alcanzaba.<br />
Qué tal salieron, preguntó Marta cuando el padre entró, Parece que<br />
bien, pero hay que limpiarlos de la ceniza que traen agarrada. Marta<br />
echó agua en un pequeño lebrillo de barro, Lávelos aquí, dijo. Primera<br />
en entrar en el agua, primera en salir de las cenizas, casualidad o<br />
coincidencia, esta enfermera podrá tener en el futuro algunas razones<br />
de queja, mas no por falta de atenciones. Cómo está ése, preguntó<br />
Marta, ajena al debate sobre géneros que ha venido trabándose aquí,<br />
Bien, repitió el padre brevemente. De hecho estaba bien, con la<br />
cochura toda por igual, un hermoso color rojo, sin la más mínima<br />
grieta, y estaban igualmente perfectas las otras figurillas, a excepción<br />
del asirio de barbas, que apareció con una mancha negra en la<br />
espalda, efecto felizmente restringido de un incipiente proceso de<br />
carbonización provocado por una indeseada entrada de aire. No tiene<br />
importancia, no sufrirá por eso, dijo Marta, y ahora haga el favor de<br />
sentarse a descansar mientras le preparo el desayuno, que buena<br />
madrugada lleva ya en ese cuerpo, Me desvelé, y no conseguía dormir<br />
otra vez, Los muñecos podían esperar a que se hiciese de día, Pero yo<br />
no, Como sentencia el antiguo dicho, quien preocupaciones tiene no<br />
duerme, O duerme para soñar con las preocupaciones que tiene, Para<br />
no soñar se ha despertado tan temprano, preguntó Marta, Hay sueños<br />
de los que es mejor salir rápidamente, respondió el padre, Y ése es el<br />
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