Saramago, Jose - La caverna - Telefonica.net
Saramago, Jose - La caverna - Telefonica.net
Saramago, Jose - La caverna - Telefonica.net
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
En el resguardado silencio del dormitorio, entre las sábanas revueltas<br />
por la amorosa agitación de todavía hace poco, el hombre oyó a su<br />
mujer comunicarle que tiene atrasada la menstruación dos días, y la<br />
noticia se le apareció como algo inaudito y definitivamente asombroso,<br />
especie de segundo fíat lux en una época en que el latín ha dejado de<br />
ser usado y practicado, un surge et ambula vernáculo que no tiene<br />
idea de adonde va y por eso mismo asusta. Marcial Gacho, que apenas<br />
una hora antes, o ni tanto, en lance de conmovedor abandono<br />
raramente acontecible en el sexo masculino, se había confesado niño,<br />
era, al final, sin imaginarlo, padre embrionario desde hace unas<br />
semanas, lo que demuestra una vez más que nunca nos deberíamos<br />
sentir seguros de aquello que pensamos ser porque, en ese momento,<br />
pudiera muy bien ocurrir que ya estemos siendo cosa diferente. Casi<br />
todo lo que Marta y Marcial se dijeron el uno al otro según avanzaba la<br />
noche, antes de dormirse de puro cansancio, está descrito en mil y una<br />
historias de parejas con hijos, pero el análisis concreto de la situación<br />
concreta en que este matrimonio se encuentra no deja pasar sin<br />
examen ciertas cuestiones que le son particulares, como la disminuida<br />
posibilidad de Marta para seguir soportando la dureza del trabajo en la<br />
alfarería y, sin solución de momento porque depende del esperado<br />
ascenso, la duda acerca de si el niño nacerá antes o después del<br />
traslado al Centro. Alegó Marta, sobre la primera de estas cuestiones,<br />
que no creía que su madre, la fallecida Justa Isasca, que había<br />
trabajado sin descanso hasta su último día, decidiese disfrutar de los<br />
regalos de una ociosidad total sólo por el hecho de estar embarazada,<br />
Yo misma podría dar testimonio de eso si recuperase la memoria de los<br />
nueve meses que viví dentro de ella, Es imposible que una criatura que<br />
está en la barriga de la madre pueda saber lo que sucede fuera,<br />
respondió Marcial bostezando, Supongo que será así, pero por lo<br />
menos tienes que reconocer que sería perfectamente natural que el<br />
niño conociese íntimamente lo que va sucediendo en el cuerpo de la<br />
madre, el problema, en mi opinión, está en la memoria, Si ni siquiera<br />
nos acordamos de lo que sufrimos en el tránsito del nacimiento, Es ahí,<br />
88