Saramago, Jose - La caverna - Telefonica.net
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Padre, me acaban de informar que he sido ascendido, soy guarda<br />
residente del Centro a partir de hoy. Cipriano Algor giró la cabeza<br />
hacia el yerno, lo miró como si lo estuviese viendo por primera vez,<br />
hoy, no pasado mañana, ni mañana, hoy, tenía razón el<br />
presentimiento. Hoy, qué, se preguntó, la amenaza que se esconde en<br />
las preguntas del sondeo, o ésta de ahora, finalmente consumada<br />
después de haberse prometido durante tiempo. Se ha visto, es verdad<br />
que menos en la vida real que en los libros donde se cuentan historias,<br />
que una sorpresa súbita puede dejar sin voz en un momento a la<br />
persona sorprendida, pero una media sorpresa que se queda en<br />
silencio, quizá fingiendo, quizá queriendo que la tomen por sorpresa<br />
completa, no deberá, en principio, ser tomada en consideración.<br />
Atención, sólo en principio. Desde siempre sabemos que este hombre<br />
que va conduciendo la furgo<strong>net</strong>a no tenía ninguna duda de que la<br />
temida noticia acabaría llegando un día, pero es comprensible que hoy,<br />
colocado como lo pusieron entre dos fuegos, se haya visto de repente<br />
sin fuerzas para decidir a cuál de ellos acudiría en primer lugar.<br />
Revelemos, desde ya, aunque sabiendo que perjudicaremos la<br />
regularidad del orden a que los acontecimientos deben someterse, que<br />
Cipriano Algor no comunicará en estos próximos días, ya sea al yerno,<br />
ya sea a la hija, una sola palabra acerca de la inquietante conversación<br />
que tuvo con el subjefe del departamento de compras. Acabará<br />
hablando del asunto, sí, pero más adelante, cuando todo esté perdido.<br />
Ahora sólo le dice al yerno, Felicidades, supongo que estarás<br />
satisfecho, palabras banales y casi indiferentes que no deberían haber<br />
necesitado tanto tiempo para manifestarse, y Marcial no las<br />
agradecerá, tampoco confirmará si está satisfecho como el suegro<br />
supone, o un poco menos, o un poco más, lo que él dice es tan serio<br />
como una mano extendida, Para usted no es una buena noticia.<br />
Cipriano Algor comprendió el propósito, lo miró de lado con un esbozo<br />
de sonrisa que parecía burlarse de su propia resignación, y dijo, Ni<br />
siquiera las mejores noticias son buenas para todo el mundo, Verá<br />
cómo todo se resuelve de la mejor manera, dijo Marcial, No te<br />
preocupes, quedó resuelto el día en que os dije que me iría a vivir con<br />
vosotros al Centro, la palabra está dada, fue dicha y no tiene vuelta<br />
atrás, Vivir en el Centro no es ningún destierro, dijo Marcial, No sé<br />
cómo será vivir en el Centro, lo sabré cuando esté allí, pero tú, sí, tú<br />
ya lo sabes, y de tu boca nunca se ha oído una explicación, un relato,<br />
una descripción que me hiciese comprender, lo que se llama realmente<br />
comprender, eso que, tan seguro de ti mismo, afirmaste que no es un<br />
destierro, Usted ya ha estado en el Centro, Pocas veces, y siempre de<br />
paso, tan sólo como un comprador que sabe lo que quiere, Creo que la<br />
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