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Saramago, Jose - La caverna - Telefonica.net

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una semana para todo, No se me ha olvidado, Entonces, Entonces, tal<br />

como tú misma dijiste a la salida del Centro, en el fondo es como si no<br />

hubiera ninguna mudanza, la casa de la alfarería, así la llamaste, está<br />

aquí, y, estando la casa, está evidentemente la alfarería con ella, Yo sé<br />

que usted es un gran amante de enigmas, No soy amante de enigmas,<br />

me gustan las cosas claras, Es igual, no le gustan los enigmas, pero es<br />

enigmático, de modo que le quedaría muy reconocida si me explicase<br />

adonde quiere llegar, Quiero llegar precisamente a donde estamos en<br />

este momento, donde estaremos durante una semana más y espero<br />

que muchas otras después, No me haga perder la paciencia, por favor,<br />

Por favor digo yo, es tan simple como que dos y dos son cuatro, En su<br />

cabeza, dos y dos siempre son cinco, o tres, o cualquier número<br />

menos cuatro, Te vas a arrepentir, Lo dudo, Imagínate que no<br />

pintamos las estatuillas, que nos mudamos al Centro y las dejamos en<br />

el horno tal como están, Ya está imaginado, Vivir en el Centro, como<br />

Marcial explicó con mucha claridad, no es un destierro, las personas no<br />

están encarceladas allí, son libres para salir cuando quieran, pasar<br />

todo el día en la ciudad o en el campo y volver por la noche. Cipriano<br />

Algor hizo una pausa y miró curioso a la hija sabiendo que iba a asistir<br />

al despertar de su comprensión. Así sucedió, Marta dijo sonriendo, Me<br />

someto al castigo, en su cabeza dos y dos también pueden ser cuatro,<br />

Ya te dije que era simple, Vendremos a acabar el trabajo cuando sea<br />

necesario y de esta manera no tendremos que cancelar el pedido de<br />

las seiscientas figurillas que todavía faltan, es sólo cuestión de acordar<br />

con el Centro unos plazos de entrega que convengan a ambas partes,<br />

Exactamente. <strong>La</strong> hija aplaudió al padre, el padre agradeció el aplauso.<br />

Incluso, dijo Marta, de repente entusiasmada por el océano de<br />

posibilidades positivas que se abría ante ella, suponiendo que el Centro<br />

siga interesado por los muñecos, podremos mantener la elaboración,<br />

no tendremos que cerrar la alfarería, Exactamente, Y quien dice<br />

muñecos, también dice alguna otra idea que se nos ocurra y les<br />

convenza, o añadir otras seis figuras a las seis que tenemos, Así es.<br />

Mientras padre e hija saborean las dulces perspectivas que una vez<br />

más acaban de demostrarnos que el diablo no está siempre tras la<br />

puerta, aprovechemos la pausa para examinar la real valía y el real<br />

significado de los pensamientos de uno y de otro, de esos dos<br />

pensamientos que, después de tan prolongado silencio, por fin se<br />

expresan. No obstante, advertimos desde ya que no será posible llegar<br />

a una conclusión, aunque provisional, como lo son todas, si no<br />

comenzamos admitiendo una premisa inicial ciertamente chocante<br />

para las almas rectas y bien formadas, pero no por eso menos<br />

verdadera, la premisa de que, en muchos casos, el pensamiento<br />

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