13.05.2013 Views

Saramago, Jose - La caverna - Telefonica.net

Saramago, Jose - La caverna - Telefonica.net

Saramago, Jose - La caverna - Telefonica.net

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

lanzarse a la descubierta y a la investigación metódica de la isla<br />

maravillosa adonde lo habían traído tras el naufragio. Todas las<br />

mañanas, después del desayuno, Cipriano Algor lanza a la hija un<br />

Hasta luego apresurado, y, como quien va a su trabajo, unas veces<br />

subiendo al último techo, otras veces bajando al nivel del suelo,<br />

utilizando los ascensores de acuerdo con sus necesidades de<br />

observación, ora en la velocidad máxima, ora en la velocidad mínima,<br />

avanzando por pasillos y pasadizos, atravesando salas, rodeando<br />

enormes y complejos conjuntos de vitrinas, mostradores, expositores y<br />

escaparates con todo lo que existe para comer y para beber, para<br />

vestir y para calzar, para el cabello y para la piel, para las uñas y para<br />

el vello, tanto para el de arriba como para el de abajo, para colgar del<br />

cuello, para pender de las orejas, para ensartar en los dedos, para<br />

tintinear en las muñecas, para hacer y para deshacer, para cocer y<br />

para coser, para pintar y para despintar, para aumentar y para<br />

disminuir, para engordar y para adelgazar, para extender y para<br />

encoger, para llenar y para vaciar, y decir esto es igual que no haber<br />

dicho nada, puesto que tampoco serían suficientes ochenta años de<br />

vida ociosa para leer y analizar los cincuenta y cinco volúmenes de mil<br />

quinientas páginas de formato A-4 cada uno que constituyen el<br />

catálogo comercial del Centro. Evidentemente, no son los artículos<br />

expuestos lo que más le interesa a Cipriano Algor, además comprar no<br />

es asunto de su responsabilidad y competencia, para eso está quien el<br />

dinero gana, es decir, el yerno, y quien después lo gestiona,<br />

administra y aplica, es decir, la hija. Él es el que va con las manos en<br />

los bolsillos, parando aquí y allí, preguntando el camino a un guarda,<br />

aunque, incluso tropezando con él, nunca a Marcial, para que no se<br />

trasluzcan los lazos de familia, y, sobre todo, aprovechándose de la<br />

más preciosa y envidiada de las ventajas de vivir en el Centro, que es<br />

la de poder gozar gratis, o a precios reducidos, de las múltiples<br />

atracciones que se encuentran a disposición de los clientes. Hicimos ya<br />

de esas atracciones dos sobrios y condensados relatos, el primero<br />

sobre lo que se ve desde el ascensor de este lado, el segundo sobre lo<br />

que se podría haber visto desde el ascensor de aquel lado, sin<br />

embargo, por un escrúpulo de objetividad y de rigor informativo,<br />

recordaremos que, tanto en un caso como en otro, nunca fuimos más<br />

allá del piso treinta y cuatro. Encima de éste, como se recordará,<br />

todavía se asienta un universo de otros catorce. Tratándose de una<br />

persona con un espíritu razonablemente curioso, casi no sería<br />

necesario decir que los primeros pasos de la investigación de Cipriano<br />

Algor se encaminaron hacia la misteriosa puerta secreta, que<br />

misteriosa seguirá siendo, puesto que, pese a los insistentes toques de<br />

223

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!