Saramago, Jose - La caverna - Telefonica.net
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existieron o no, dijo Cipriano Algor, las pruebas están aquí, cada cual<br />
sacará las conclusiones que crea justas, yo ya tengo las mías. El foco<br />
volvió a su sitio, la oscuridad también, después Cipriano Algor<br />
preguntó, Quieres que me quede haciéndote compañía, No, gracias,<br />
dijo Marcial, vuelva a casa, Marta debe de estar angustiada, pensando<br />
lo peor, Entonces, hasta luego, Hasta luego, padre, hizo una pausa, y<br />
luego, con una sonrisa medio constreñida, como de un adolescente<br />
que se retrae en el mismo instante en que se entrega, añadió, Gracias<br />
por haber venido.<br />
Cipriano Algor miró el reloj cuando llegó al piso cero -cinco. Eran las<br />
cuatro y media. El montacargas lo llevó al trigésimo cuarto piso. Nadie<br />
lo había visto. Marta le abrió la puerta silenciosamente, con los mismos<br />
cuidados volvió a cerrarla, Cómo está Marcial, preguntó, Está bien, no<br />
te preocupes, tienes un gran hombre, te lo digo yo, Qué hay abajo,<br />
Deja que me siente primero, estoy como si me hubiesen dado una<br />
paliza, estos esfuerzos ya no son para mi edad, Qué hay abajo, volvió<br />
a preguntar Marta después de haberse sentado, Abajo hay seis<br />
personas muertas, tres hombres y tres mujeres, No me sorprende, era<br />
exactamente lo que pensaba, que se trataría de restos humanos,<br />
sucede con frecuencia en las excavaciones, lo que no comprendo es<br />
por qué todos estos misterios, tanto secreto, tanta vigilancia, los<br />
huesos no huyen, y no creo que robarlos mereciese el trabajo que<br />
daría, Si hubieses bajado conmigo comprenderías, todavía estás a<br />
tiempo de ir allí, Deje esas ideas, No es fácil dejar esas ideas después<br />
de haber visto lo que he visto, Qué ha visto, quiénes son esas<br />
personas, Esas personas somos nosotros, dijo Cipriano Algor, Qué<br />
quiere decir, Que somos nosotros, yo, tú, Marcial, el Centro todo,<br />
probablemente el mundo, Por favor, explíquese, Pon atención,<br />
escucha. <strong>La</strong> historia tardó media hora en ser contada. Marta la oyó sin<br />
interrumpir una sola vez. Al final, dijo, Sí, creo que tiene razón, somos<br />
nosotros. No hablaron más hasta que llegó Marcial. Cuando entró,<br />
Marta se le abrazó con fuerza, Qué vamos a hacer, preguntó, pero<br />
Marcial no tuvo tiempo de responder. Con voz firme, Cipriano Algor<br />
decía, Vosotros decidiréis vuestras vidas, yo me voy.<br />
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