13.05.2013 Views

Saramago, Jose - La caverna - Telefonica.net

Saramago, Jose - La caverna - Telefonica.net

Saramago, Jose - La caverna - Telefonica.net

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

causa del animal, este amor, por muy grande que sea, no llega a<br />

tanto, es que piensa que Encontrado no está solo y que, si no está<br />

solo, sólo hay una persona en el mundo que pueda estar con él. Abrió<br />

la puerta de la furgo<strong>net</strong>a, de un brinco el perro se le subió a los<br />

brazos, al fin el perro fue el primero, y le lamía la cara y no lo dejaba<br />

ver el camino, ese en el que aparece atónita Isaura Madruga,<br />

suspéndase ahora todo, por favor, que nadie hable, que nadie se<br />

mueva, que nadie se entrometa, ésta es la escena conmovedora por<br />

excelencia, el coche que viene subiendo la ladera, la mujer que en lo<br />

alto da dos pasos y de pronto no puede andar más, vean sus manos<br />

apretadas contra el pecho, a Cipriano Algor que sale de la furgo<strong>net</strong>a<br />

como si entrara en un sueño, Encontrado que va detrás y se le enreda<br />

en las piernas, sin embargo no sucederá nada malo, era lo que faltaba,<br />

caerse antiestéticamente uno de los personajes principales en el<br />

momento culminante de la acción, este abrazo y este beso, estos<br />

besos y estos abrazos, cuántas veces será necesario que os recuerde<br />

que el mismo amor que devora está suplicando que lo devoren,<br />

siempre ha sido así, siempre, pero hay ocasiones en que nos damos<br />

más cuenta. En un intervalo entre dos besos Cipriano Algor preguntó,<br />

Y cómo es que estás aquí, pero Isaura no respondió en seguida, había<br />

otros besos que dar y recibir, tan urgentes como el primero de todos,<br />

por fin tuvo aliento suficiente para decir, Encontrado huyó al día<br />

siguiente de que te fueras, abrió un agujero en la cerca del huerto y se<br />

vino aquí, no hubo manera de obligarlo a volver, estaba decidido a<br />

esperarte hasta no sé cuándo, el único remedio era dejarlo, traerle la<br />

comida y el agua, hacerle un poco de compañía, aunque yo crea que<br />

no la necesitaba. Cipriano Algor buscaba en los bolsillos la llave de<br />

casa, mientras iba pensando e imaginando, Vamos a entrar los dos,<br />

vamos a entrar juntos, y la tenía finalmente en la mano cuando vio<br />

que la puerta estaba abierta, que es como deben estar las puertas<br />

para quien, viniendo de lejos, llega, no necesitó preguntar por qué,<br />

Isaura le decía tranquilamente, Marta me dejó una llave para que<br />

viniera de vez en cuando a airear la casa, a limpiarle el polvo, así, con<br />

esto de Encontrado, he estado viniendo todos los días, por la mañana<br />

antes de ir a la tienda, y al final de la tarde, después de acabar el<br />

trabajo. Dio la sensación de que tenía algo más que añadir, pero los<br />

labios se le cerraron con firmeza como para impedir el paso a las<br />

palabras, no saldréis de ahí, ordenaban, pero ellas se juntaron,<br />

unieron fuerzas, y lo máximo que el pudor consiguió fue que Isaura<br />

bajara la cabeza y redujera la voz a un murmullo, Una noche me<br />

quedé a dormir en tu cama, dijo. Entendámonos, este hombre es<br />

alfarero, trabajador manual por tanto, sin finuras de formación<br />

245

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!