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Saramago, Jose - La caverna - Telefonica.net

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debiéndole a las otras refecciones. <strong>La</strong> hija protestaba, Se me va a<br />

poner enfermo, trabajando de esa manera y comiendo tan poco, Estoy<br />

bien, respondía él, nunca me he sentido tan bien en la vida. Era cierto<br />

y no lo era. A la noche, cuando finalmente se iba a acostar, limpio de<br />

los olores del esfuerzo y de las suciedades del trabajo, sentía que las<br />

articulaciones le crujían, que su cuerpo era un continuo dolor. Ya no<br />

puedo lo que podía, se decía a sí mismo, pero, muy en el fondo de su<br />

conciencia, una voz que también era suya lo contrariaba, Nunca<br />

pudiste tanto, Cipriano, nunca pudiste tanto. Dormía como se supone<br />

que una piedra deberá dormir, sin sueños, sin estremecimientos,<br />

parecía que hasta sin respiración, descansando sobre el mundo el peso<br />

todo de su infinita fatiga. Alguna vez, como una madre inquieta,<br />

anticipando, sin haber pensado en eso, desasosiegos futuros, Marta se<br />

levantó a medianoche para ver cómo estaba el padre. Entraba<br />

silenciosamente en el cuarto, se aproximaba despacio a la cama, se<br />

inclinaba un poco para escuchar, después salía con los mismos<br />

cuidados. Aquel hombre grande, de pelo blanco y rostro castigado, su<br />

padre, era también como un hijo, poco sabe de la vida quien se niegue<br />

a entender esto, las telas que enredan las relaciones humanas, en<br />

general, y las de parentesco, en particular, sobre todo las próximas,<br />

son más complejas de lo que parecen a primera vista, decimos padres,<br />

decimos hijos, creemos que sabemos perfectamente de qué estamos<br />

hablando, y no nos interrogamos sobre las causas profundas del afecto<br />

que allí hay, o la indiferencia, o el odio. Marta sale del cuarto y va<br />

pensando Duerme, he aquí una palabra que aparentemente no hace<br />

más que expresar la verificación de un hecho, y con todo, en seis<br />

letras, en dos sílabas, fue capaz de traducir todo el amor que en un<br />

cierto momento puede caber en un corazón humano. Conviene decir,<br />

para ilustración de los ingenuos, que, en asuntos de sentimiento,<br />

cuanto mayor sea la parte de grandilocuencia, menor será la parte de<br />

verdad.<br />

El cuarto día correspondió con aquel en que debía ir a buscar a Marcial<br />

al Centro para su jornada de descanso, a la que naturalmente<br />

llamaríamos semanal si no fuese, como sabemos, una decena, es<br />

decir, de diez en diez. Marta le dijo al padre que iría ella, que no<br />

interrumpiese el trabajo, pero Cipriano Algor respondió que no, que ni<br />

pensase en eso, Los robos en la carretera han disminuido, es cierto,<br />

pero hay siempre un riesgo, Si hay peligro para mí, también lo habrá<br />

para usted, En primer lugar, soy hombre, en segundo lugar, no estoy<br />

embarazado, Respetables razones que sólo le adornan, Falta todavía la<br />

tercera razón, que es la importante, Dígala, No podría trabajar<br />

mientras no regresases, por eso el trabajo no se perjudicará, aparte de<br />

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