ACTAS
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16 Convergencias mediáticas y nueva narrativa latinoamericana<br />
Pilas<br />
Pilitis<br />
Izquierdistas<br />
Cuatrereaje<br />
Piripipi<br />
Emboscados<br />
Islas<br />
Picadas<br />
Cuando comenzó la campaña del Chaco, los soldados bolivianos notaron que los soldados<br />
paraguayos en su mayoría iban descalzos, ello motivó a que se les llamara de forma despectiva<br />
“pata peladas”, luego se designó como “pata pilas” y en los últimos años de la campaña, a<br />
todos los soldados paraguayos se les conocía como “pilas”.<br />
Cuando un soldado de la línea de combate deseaba retirarse de la misma, aseveraba estar<br />
enfermo. Pero al corroborar su buen estado de salud, se decía en forma de burla o broma:<br />
“tienes pilitis” es decir enfermedad o miedo a los paraguayos.<br />
Así se nombraba a aquellos soldados bolivianos que se herían a sí mismos, en la mano o<br />
brazo izquierdo, para lograr su retiro de la línea de combate. Pero una vez comprobada la<br />
automutilación, eran fusilados por traición a la patria.<br />
“De cuatreros” es el término referente al ataque sorpresivo o emboscada realizada por patrullas<br />
paraguayas infiltradas tras la línea de combate hacia los camiones bolivianos que atravesaban<br />
en solitario, los caminos que unían los distintos puestos y fortines bolivianos.<br />
Es la denominación que se le dio a la subametralladora Schmeisser, debido a su tipo de disparo<br />
que hacía un sonido agudo al momento de disparar los proyectiles.<br />
Era el nombre despectivo dado a quienes usaban las influencias familiares y/o amistades para<br />
ser incorporados en puestos de retaguardia, alejados de las acciones bélicas.<br />
Se denominaba de esta manera a pequeños grupos de árboles que se encontraban aislados<br />
dentro de un amplio pajonal o en medio de tuscales y/o matorrales.<br />
Así se denominaban a los caminos y senderos abiertos por hacha y machete que utilizaban los<br />
regimientos de zapadores para conectar los puestos y fortines bolivianos.<br />
Así eran denominados los turriles de gasolina que una vez limpiados servían como cocinas<br />
Fondo<br />
ambulantes para dar alimento a las tropas combatientes que se movían constantemente.<br />
Fuente: Ex combatientes Carlos Rodríguez Cortez y Daniel Espinar Rada. Elaboración propia.<br />
De esta manera, al usar estas palabras, los corresponsales de guerra enviaban un remanente de la vida en<br />
campaña de los soldados bolivianos a sus familias y conocidos que permanecían en retaguardia. Al mismo<br />
tiempo que se utilizaban las palabras forjadas en el campo de batalla en los reportajes y entrevistas, también<br />
se utilizaban los modismos regionales de los propios combatientes, muchas veces influenciado por los idiomas<br />
nativos y originarios como son el aymara, quechua, guaraní, etc.<br />
Es importante recalcar que en el ejército boliviano, así como en la sociedad boliviana de aquel entonces y<br />
aún en la actualidad, no todos hablaban fluidamente el castellano. Existían soldados y comunidades enteras<br />
que nacieron y crecieron en su idioma originario, y una vez en el campo de batalla, debían interpretar las órdenes<br />
recibidas en castellano, algo por demás difícil de lograr en momentos de tensión. Por ello, las jergas y<br />
modismos del mestizaje de palabras que existieron en esos días bélicos fue relevante para que aquellos que<br />
conocían levemente o no tenían una total comprensión de lo que ocurría a su alrededor, pudieran entender<br />
lo que sucedía y actuar conforme lo indicaba su oficial que los comandaba. Algunos de esos modismos serán<br />
descritos en el siguiente cuadro:<br />
Cuadro 2: Modismos regionales bolivianos en la Guerra del Chaco<br />
MODISMOS REGIONALES<br />
Khencha<br />
K’anka<br />
Q’ita<br />
K’ochalo<br />
SIGNIFICADO<br />
“Mal agüero”, término aymara dado a personas, animales o situaciones que la<br />
superstición de los soldados consideraba que traía desgracias o agravios a quienes<br />
las presenciaban.<br />
“Rubio”, es el apodo en idioma aymara que se dio al general alemán Hans Kundt,<br />
quien fue comandante del Ejército boliviano desde fines de 1932 hasta fines de 1933.<br />
“El que escapa”, término aymara despectivo hacia aquellos que huían del combate,<br />
“se ha q’itado”.<br />
“Cochabambino”, témino dado a los soldados naturales del departamento de<br />
Cochabamba.