ACTAS
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222 Convergencias mediáticas y nueva narrativa latinoamericana<br />
herramienta para evaluar en una escala que tan productivo puede ser que el joven se apropie de dichos aparatos”<br />
(Manovich, 2006)<br />
Es aquí cuando vemos lo que ofrecen las universidades a los docentes y es lo que tiene que ver con la participación<br />
en capacitaciones, cursos y talleres enfocados al campo virtual. Sin embargo, se hace necesaria la participación<br />
activa por parte de los docentes en cuanto a estas oportunidades, pues si bien las herramientas y los<br />
espacios están disponibles, muchos docentes demuestran poco interés en el aprovechamiento de las mismas.<br />
Como ocurre en la Universidad del Quindío, en la cual, existe una unidad de virtualización y otros espacios<br />
destinados a la capacitación y formación de los docentes en cuanto al entorno digital. Donde se evidencia la<br />
falta de interés o el mismo desconocimiento de dichos espacios, lo que se pudo confirmar al momento de la<br />
aplicación de la prueba piloto, cuando se realizaron las respectivas entrevistas a los docentes de la Facultad<br />
de Ciencias Humanas y Bellas Artes.<br />
Respecto a lo anterior, la autora Inés Dussel refuerza dicha afirmación indicando desde su teoría la creencia en<br />
el debate sobre las nuevas tecnologías y su impacto en el sistema educativo.<br />
Debiera partir de la responsabilidad de las políticas públicas, de los sistemas educativos y de los adultos<br />
respecto de los usos y prácticas que se producen en torno a ellas. La noción de responsabilidad (tanto de las<br />
instituciones involucradas como de las personas comprometidas en ellas) no implica autoría completa y unívoca<br />
de las acciones ni voluntad de control de todo lo que sucede, lo cual no solo se ha vuelto imposible en<br />
el marco de formas de producción y circulación de los saberes. Estamos ante un territorio inestable, enredado<br />
y muchas veces difuso, donde los conocimientos y las formas de adquisición de saberes se han descentrado y<br />
provienen de múltiples fuentes, muchas de ellas fuera del control de la escuela o la familia, todo lo cual vuelve<br />
más complejo el rol de cada uno de los actores. (Dussel & Quevedo, 2010)<br />
Por su parte, el autor J. Echeverría, (citado por Dussel & Quevedo, 2010) además de compartir las afirmaciones<br />
hechas por Dussel, hace un análisis en cuanto al tema con la siguiente pregunta:<br />
¿Cuál es, entonces, el impacto que están teniendo estos nuevos medios digitales sobre los sistemas educativos<br />
y más específicamente sobre la escuela como institución encargada de la transmisión de la cultura letrada?<br />
Considerados desde la escuela, hay rasgos especiales en estos nuevos medios sobre los que vale la pena<br />
detenerse, no solo porque involucran nuevas relaciones de conocimiento sino porque proponen diferentes<br />
usos que pueden adaptarse a los fines de la escuela. Por ejemplo, algo sobre lo que se ha insistido es que<br />
los nuevos medios tienen como una de sus características el de ser tecnologías que permiten la autoría o la<br />
creación de los usuarios o receptores (en contraste con los medios tradicionales en los que el emisor tiene<br />
mayor peso). (pág, 18)<br />
Si bien las herramientas existen y se encuentran en su mayoría a disposición tanto de los docentes como de<br />
los estudiantes, es necesaria una educación conjunta, que les permita a ambos sumergirse con plena confianza<br />
en esta nueva era tecnológica y de esta manera lograr una transformación positiva en cuanto a las prácticas<br />
educativas, pero se necesita un interés colectivo para el logro de esto.<br />
Ahora bien, se reconoce que en otros tiempos los consumidores estaban acostumbrados a un diseño vertical,<br />
en el cual solo se limitaban a recibir el conocimiento que solo unos pocos poseían y les brindaban, sin embargo<br />
en esta nueva era digital y con el surgimiento de las TIC los consumidores abandonan su pasividad y<br />
se adentran en un espacio activo, dentro del cual se le brinda la posibilidad tanto de obtener conocimiento<br />
como de transformarlo y realizar aportes al mismo, haciendo conversiones que conllevan a la producción de<br />
nuevos conocimientos. Como lo afirma Jenkins, Henry: “El consumidor abandona su pasividad y se adentra,<br />
poco a poco, en el papel de productor, en una relación que Jenkins asocia a la convergencia, “donde el poder<br />
del productor y el consumidor mediáticos interaccionan de maneras impredecibles”. (Jenkins, 2008, pág. 14)<br />
Respecto a esto, se hace necesario el uso de herramientas dentro de las prácticas educativas, que faciliten la