ACTAS

268 Convergencias mediáticas y nueva narrativa latinoamericana
Contar las historias: universidades latinoamericanas
Para Tünnermann (2003) El desarrollo histórico pesó mucho con la concepción de la universidad actual. La
universidad latinoamericana constituyó un espacio natural donde convergieron la libertad académica y la responsabilidad
social. Un antecedente importante fue el papel que jugó la universidad colonial, la republicana,
la napoleónica, la reformada y la moderna. Todas sustentaron préstamos intelectuales que abrieron el camino
a otra forma de dependencia cultural. Pues la universidad y la sociedad marchaban sin contradecirse en una
trama tradicional heredada.
Si se hubiese comprendido la importancia transdisciplinaria de los saberes, las universidades estarían con innovadoras
formulas de la disciplina y la historia del periodismo. Se contaría bajo un código semiótico diferente.
No existiría el vacío académico de hoy ni el mercado desecharía el cambio de paradigma.
De ahí que Ribeiro en Tünnermann (2003) dice que “no existe una universidad genuinamente latinoamericana,
como no existe tampoco una América Latina unitaria en su conformación sociocultural”. Considera
que los desafíos pasan por elaborar un nuevo modelo teórico de universidad y revertir su papel tradicional. Es
contrarrestar las influencias externas codificadas en la réplica y mecánica de las gestiones y administraciones
burocráticas visibilizadas en los reclamos y presiones que en parte son los reflejos sociales desgastados.
En cuanto a su extensión en el tiempo, la historia y narrativa universitaria es una herencia generacional producto
de la organización del esfuerzo y razonamiento humano. Estos universitas han construido y reproducido
modelos de universidades que han sido contados con mundos diferentes. Cuando se establecieron las
universidades latinoamericanas fue una especia de comunidad académica ejerciendo un oficio que no era
suyo, pues no se miró a sí misma como institución con emergente pensamiento latinoamericano.
Sino que la institucionalidad universitaria se abordó con otras necesidades fisonómicas. Restó crédito
al pensamiento latinoamericano. Bohoslavsky (2009) indicaría, que “en América Latina, no parece coincidir con
la cosa en la imaginación de los latinoamericanos”, ante esto, Sánchez (como se citó en Tünnermann, 2003)
definió la fisonomía propia de la Universidad Latinoamericana, en los siguientes rasgos:
1. La pretensión de servil a su pueblo y al Estado, además de la función de formar profesionales
y de conservar, transmitir y difundir los conocimientos.
2. Su dependencia de las necesidades públicas, las que trata de enfrentar.
3. La falta de apoyo de parte de las clases adineradas, que la miran con indiferencia cuando no con
enemistad.
4. El recelo que provoca en los regímenes políticos en general, y los dictatoriales en particular,
por su natural rebeldía.
5. Su esfuerzo por restaurar el clásico concepto de ayuntamiento, convivencia o fraternidad de profesores,
graduados y alumnos.
6. El énfasis que pone en la enseñanza teórica, con desmedro del aprendizaje práctico.
7. El burocratismo docente, que trata de corregir con la temporalidad de la cátedra y la carrera
docente.
Alcance de la Investigación
De la reflexión a la transcendencia
La reflexión de esta investigación conlleva a trascender que existe una limitación de calidad para un nuevo
contexto hacia la contingencialidad en el periodismo, alcance susceptible de ser transformado por la “autonomización
del conocimiento”. Replantearse la idea de la universidad pese al extraordinario avance de las