ACTAS
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I Congreso Internacional de Periodismo 265<br />
Como se puede inferir, las facultades y escuela de comunicación social en América Latina, no sellaron la<br />
condición investigadora y la metodología como aspecto clave para el cambio. Mucho menos las voces que<br />
pudieran contar de manera legítima el arte del oficio y la ciencia de la comunicación. Una cuestión que debió<br />
mirarse más allá de lo mass-mediático.<br />
Por lo tanto, las escuelas y facultades debieron obligarse a una constante reflexión metodológica que reafirmara<br />
los cambios al contar las historias investigadas. Los nuevos modos de la comunicación globalizada y tecnológica,<br />
las nuevas maneras de comprender y entender la comunicación humana y las innovaciones de la ciencia<br />
de la comunicación fueron también el antecedente y las bases de los movimientos de la comunicación popular<br />
o alternativa como herramienta metodológica contra la comunicación dominante, el poder y las clases. Esta<br />
nueva forma de pensar no sustituyó la comunicación social como lo hizo la modernidad con las escuelas de<br />
periodismo. Esta vez, se dividió la teoría y la práctica comunicativa. La creatividad, la práctica, la metodología<br />
y la investigación, no unificaron y sustanciaron la comunicación social.<br />
Atendiendo a la complejidad de esos antecedentes, se demuestra cómo de manera omisa y confusa pasó el<br />
entendimiento de la investigación en las escuelas y facultades de comunicación social en América Latina, por<br />
lo que no fue difícil pensar que las mallas curriculares y la formación docente tampoco estuvieran en<br />
la vanguardia requerida desde el punto de vista de la unificación. En primer lugar, la propia estructura de las<br />
mallas curriculares que incluía los géneros, el oficio del periodismo, las técnicas narrativas y el empirismo no<br />
cuaja ron en un solo sentido investigativo. Para la década de los 80, se discutieron en muchos espacios la tesis<br />
entre ser un periodista y un comunicador. Debate que favoreció a la comunicación como columna vertebral y<br />
apertura del conocimiento. El periodista y el periodismo, por el contrario, se vieron como una fuente axiológica<br />
y taxonómica que evolucionó al campo de la comunicación desde la academia universitaria. “La creación…<br />
de las escuelas de periodismo fue una reacción escolástica contra el hecho cumplido de que el oficio carecía<br />
de respaldo académico … “Ahora ya no son sólo para la prensa escrita sino para todos los medios inventados<br />
y por inventar.” (Márquez, 1996 s/p).<br />
Es otras palabras, para Márquez, tal expansión fue una cierta desvinculación de la realidad en América Latina,<br />
ya que desde el siglo XV, las nuevas disciplinas en las ciencias de la comunicación de alguna manera<br />
cercenaban dos condiciones importantes: la creatividad y la práctica. Estas condiciones mencionadas por el<br />
autor, son actualmente, la base del espíritu investigativo, sin ellas, es imposible desarrollar y dar licencia<br />
a una comunicación creíble, certera, fidedigna y transformadora. Aunado a este cuestionamiento formativo,<br />
la comunicación como ciencia indicaba tres aspectos relativos a la investigación.<br />
• La tecnología<br />
• La técnica<br />
• El método.<br />
Aseguran López et al (2009), que a pesar que en América Latina las escuelas de comunicación social están<br />
nutridas en amplios e interesantes programas de estudios orientados hacia modelos humanísticas y culturistas<br />
de la comunicación social, es necesario un perfil profesional que dé respuesta al futuro inmediato.<br />
La formación y perfil deberían estar a la par con las nuevas tecnologías. “con la pretensión que los estudiantes<br />
se capaciten con el instrumental básico para interactuar en la sociedad de la información, y su expresión<br />
más avanzada en la sociedad del conocimiento.” Por lo que los autores recomiendan “enfrentar la creciente<br />
demanda de la tecnología digital” (López et al2009).<br />
A pesar que Argentina fundó su primera escuela en el año 1901, seguido, de Brazil, el recorrido histórico<br />
fundacional contribuyó a intentos de escolarizar y formar escuelas que coadyuvaran con la práctica del<br />
oficio y la disciplina. Las escuelas se masificaron incorporando las mallas curriculares, que permitieron la organización<br />
y colocación de las asignaturas presentadas por parte de cada escuela y facultad, actuando así desde<br />
una visión pedagógica como sinónimos de plan de estudio y disciplina. Por lo tanto, la visión tradicional no se