ACTAS

I Congreso Internacional de Periodismo 29
Para Dooley y Levinsohn (2001) el género del texto, en el análisis del discurso, debe ser específico para cada
cultura y cada lengua. Sin embargo, para clasificarlos, ellos retoman categorías de género de Longacre, que
están divididos en 1) discurso narrativo (en donde importa tanto el agente que lo narra y es narrado en forma
de cuento; y 2) el discurso de procedimiento, en donde lo que importa es el evento en sí: cómo se hizo. En el
texto de Marcela Turati encontramos estos dos tipos de discurso: el narrativo en cuanto hace la descripción de
personajes; y el de procedimiento en cuanto entra a una parte más informativa y contextual.
Siguiendo a Longacre (1996), la parte del discurso narrativo es escrita normalmente en primera o tercera
persona, se hace desde un recorrido cronológico y es diferente a cualquier otro por su trama. Es en este tipo
de discurso, en donde en el texto “Acteal, la injusticia que no termina” se puede encontrar mayores figuras
literarias. Un ejemplo es en donde nos muestra el perfil del abogado:
No soportaba ver llorar a los indígenas que creía inocentes de la matanza ni mirar la reacción cínica de los confesos.
Había establecido estrechos vínculos con ambos. Hacia algunos sentía amor-odio.
En este caso también se utiliza el estilo indirecto libre para reproducir las sensaciones del personaje. La experiencia
del dicho personaje es actualizada por el narrador, que imita las posibles expresiones del personaje.
Dicho estilo es propio de la literatura, sin embargo aquí podemos ver cómo se utiliza para recrear sensaciones.
Turati continúa utilizando el discurso narrativo imbricándolo con figuras literarias. Tal es el caso del siguiente
fragmento:
Los “no” de Maximiliano se sucedían uno tras otro.
...“No” cuando leía que el juez...
..”No” cuando leía que dos asesinos...
...”No” cuando descubría que...
En este caso se puede ver cómo se usa la figura literaria de anáfora, para enfatizar las ideas dándoles ritmo y
musicalidad.
Otra figura literaria que podemos encontrar en el texto recurrentemente es la metáfora, que se puede usar
para matizar la expresividad:
Recién egresado, en diciembre de 2006, custodió el expediente en su casa de Ciudad de México durante un mes. Lo estudió
algunas noches como quien tiene una obra de arte y la observa por horas. El asunto lo atrapó al grado de obsesionarlo.
...el cerebro de los asesinatos a sangre fría.
Por otra parte, también encontramos dentro del discurso narrativo el uso de la primera persona es el
siguiente:
Lo conocí cuatro meses después de la sentencia condenatoria cuando viajé a Chiapas... [] Fuimos al penal El Amate...
Pero este uso de la primera persona es utilizado porque así se puede dar cuenta de algo significativo para la
historia, y esto se ve presente en todo el texto. La narración, entonces, tiene un toque personal que le impone
el periodista, quien da su apreciación subjetiva pero nunca tergiversa la realidad. Esto, según Puerta (2010), es
propio del periodismo narrativo, ya que exige imaginación e interpretación del periodista como ingrediente
indispensable para encontrar la estructura más eficaz para la forma de narración.
Turati concluye el texto con un párrafo, en donde sigue mostrando a su personaje como alguien real,
que tiene dudas y sentimientos, y así hace que el lector pueda identificarse mejor con él. Nos logra mostrar el
punto de vista de este otro:
“¿Crees que todos son culpables?”, me pregunta entonces inquieto, como si el tiempo que invirtió en explicarme el proceso no
hubiera servido de nada.
Como hemos podido percatarnos hasta aquí, este tipo de texto periodístico si bien tiene todo el rigor de