16.05.2023 Views

El-sexto-sentido-Ordinales-4-Phavy-Prieto

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

hijos de aquella manera.

—Ya está pequeña… —Susurró acunando a la niña entre sus brazos—. Te

prometo que no volverá a pegarte.

Realmente no sabía si estaba haciendo una promesa sin fondo, pero así

tuviera que amenazar al duque o coaccionarlo negándose a darle un heredero,

ninguna de esas dos pequeñas volvería a saber lo que era ser castigada de esa

forma.

Se llevó a su habitación a ambas niñas porque realmente no sabía a que lugar

acudir para que se sintieran seguras y mientras las metía en su cama y las

arropaba, se colocó en el medio y se dedicó a contarles un viejo cuento que

aún recordaba de memoria para calmarlas. Cuando sintió aquellos pequeños

brazos rodearla para abrazarla, algo dentro de ella se estremeció y por un

momento comprendió que no podría marcharse de aquel lugar, acababa de

descubrir que existía alguien que la necesitaba. En algún momento se quedó

dormida y cuando abrió los ojos se encontró con una mirada que la observaba

fijamente. El duque estaba apoyado en la cornisa de la chimenea que había

frente a la gran cama sin decir ni una sola palabra, sino contemplando la

imagen que tenía delante de él en completo silencio.

—Lord Buccleuch —susurró Susan algo desorientada y cuando fue a

moverse se dio cuenta de que las dos hijas de él estaban abrazadas a ella—.

Lo siento… les leí un cuento para calmarlas y se quedaron dormidas.

—La señora Edna me ha contado lo que ha ocurrido —decretó con semblante

serio.

—¿Y aprueba usted sus procedimientos? —preguntó en voz baja Susan.

—Una educación estricta convierte a una niña en una verdadera dama. —Fue

toda su respuesta.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!