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El-sexto-sentido-Ordinales-4-Phavy-Prieto

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duque intrigado.

Su voz denotaba curiosidad, como si quisiera averiguar el trasfondo de aquel

comportamiento.

—Porque soy lo más parecido a una madre que jamás tendrán y si algún día

yo tuviera un hijo y desafortunadamente no pudiera estar a su lado para

cuidarlo, me gustaría que alguien le inculcase el amor y valores que una

madre debería darle a sus hijos. ¿Contesta eso a su pregunta? —contestó

Susan con firmeza.

—Lo siento. No dudaba de sus buenas intenciones, solo estaba extrañado por

su comportamiento, eso es todo. Si le sirve algo, me siento complacido por su

interés hacia ellas.

¿Estaba complacido? Pues hasta el momento no parecía haberlo demostrado

lo suficiente, aunque bien era cierto que al poner a las pequeñas a su cuidado

algo sí que había demostrado de esa complacencia.

—¿Regresará a la ciudad en cuanto nos deje en la casa de campo? —preguntó

Susan tratando de cambiar de tema.

—¿Tanto desea perderme de vista, querida esposa? —ironizó el duque.

—Yo… por supuesto que no. Solo lo preguntaba porque sería una lástima

que no decidiera acompañarnos —admitió siendo sincera.

—Debo suponer entonces por el contrario que desea que permanezca a su

lado.

—En realidad desearía que permaneciese a nuestro lado y que sus hijas

disfrutaran unos días junto a su padre, puesto que con su trabajo me temo que

es algo que no suele permitirse hacer. —La respuesta mordaz de Susan hizo

que el duque de Buccleuch cambiara su semblante.

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