El-sexto-sentido-Ordinales-4-Phavy-Prieto

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contrariado—. Deseo que esta noche vistas ese camisón blanco de encaje quellevabas hace tres noches…Susan se quedó parcialmente sin palabras, nunca había creído que él lepediría algo así y menos aún tan pronto. ¿Tanto le gustaba? A la vista estabaque era así.—Si gustas así lo haré —contestó sin añadir nada más mientras se volvía denuevo hacia la puerta caminando con paso firme y mordiéndose el labio paraoprimir una sonrisa que se dibujaba en su rostro a pesar de que él no lo viera—, pero antes te estaré esperando para almorzar dentro de unas horas. No loolvides —añadió justo antes de abrir la puerta sin esperar su respuesta y semarchó de allí.En cuanto comenzó a subir las escaleras que subían a las habitaciones y defondo se escuchaba el clamor de emoción de las niñas queriendo llevarsetodos sus juguetes, no reprimió más esa sonrisa que había tratado de ocultar eincluso comenzó a reírse llevándose una mano al pecho para calmarse. Trasentrar en su habitación se dejó caer unos segundos mientras intentabaserenarse y pensaba al mismo tiempo que había logrado cierto acercamientoque nunca creyó que fuera posible. De algún modo… su esposo y ella erancompatibles en ese sentido y tal vez si que el cariño mutuo llegase con eltiempo, al menos empezaba a sentir la gentileza por parte de él, esospequeños detalles que marcaban grandes pasos en su relación, pero sobretodo y lo que más satisfacción le daba era el evidente interés que parecíatener en ella y la sola idea de saber que no le era indiferente casi la abrumaba.Cogiendo su sombrero y el chal, salió en busca de sus pequeñas pensandoque aquel almuerzo iba a resultar muy interesante, aún no podía imaginarse adicho duque descansando al aire libre con su rostro relajado y sin un atisbo depreocupación. Lo más probable es que se sintiera incómodo todo el tiempo y
seguramente buscase una excusa rápida para marcharse, pero al menos haríaacto de presencia y desde luego a las pequeñas les haría muchísima ilusiónque su padre compartiera ese pequeño espacio de tiempo junto a ellas.
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S A G AO R D I N A L E SEL SEXTO SE
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Antecedentes de El Sexto SentidoLa
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La Octava CondiciónDavid Clayton,
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El Séptimo PecadoLa señorita Juli
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16 de Mayo de 1923La señorita Susa
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circunstancias, el caballero quedar
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Si era sincera, no sabía porqué r
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de algo cuando hablaba con ella, ad
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—Si no creyera que fuese un buen
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había sido amable, lejos estaba de
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falta de su madre y aquello era alg
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«Tal vez lo descubriera pronto» p
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recogido con bucles sueltos como ha
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3—Desde luego que lo hará —ter
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aquella tensión.—No tengo por co
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Nunca se había alejado en solitari
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Susan suspiró aliviada al saber qu
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Lord Buccleuch seguía de cerca la
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vestido que sería el de la fiesta
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—Yo creo que lavanda o quizá mel
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con el carácter frío del duque de
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era.—¡Susan!, ¡Estás preciosa!
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¿Desde cuando evocaba visiones con
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ímpetu que ninguno de los dos se h
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nerviosa—, con su excelencia el d
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Susan le miró extrañada y contemp
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en ese día tan especial.En cuanto
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—¡Esto es inaudito! —gritó Su
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no pareció estar al tanto de su au
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6Para lord Buccleuch no era nueva a
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organizaron todas sus pertenencias
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presente—. Deberías estar feliz
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parafernalia.En cuanto el duque le
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Las felicitaciones por parte de tod
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—No importa —mencionó Susan so
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algo sorprendida.—Completamente.
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7Susan apenas era consciente de don
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que yacía en el lecho. En ese inst
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—Su excelencia jamás desayuna en
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Había evitado tocarla no queriendo
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existir algo más que dolor en aque
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se deslizaban sobre la piel de sus
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poco sin saber qué era exactamente
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finalmente sin saber explicar exact
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¿No se supone que solo me tengo qu
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—¿A qué te refieres con un larg
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—Yo desearía que funcionara, aun
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9De regreso a casa, Susan estaba lo
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hijos de aquella manera.—Ya está
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increíblemente apuesto e hizo lo
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habitación llevándose una mano a
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habitación, cuando se entere de qu
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día él mismo le dijo a ella.Al du
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mesa captando su atención.—¡Le
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podía ser consciente de lo que era
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esposas, ni tan siquiera la tenía
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Tras fallecer el heredero más cerc
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—¿Y? —preguntó Emily incitán
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En cuanto el papel dejó vislumbrar
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11Susan pasó el resto de la tarde
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inaudita, una preocupación que jam
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—¿Padre estará de acuerdo en qu
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Susan alzó la vista y miró direct
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12Susan subió las escaleras algo n
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el la miraba fijamente con ese rost
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Por un momento Aaron pensó en ment
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hubieran mencionado dos días atrá
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hacia él que implicara cierta inti
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Page 145 and 146: No necesitaba ni deseaba nada más
Page 147 and 148: salir de la ciudad con las niñas,
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Page 167 and 168: atrás. No entendía si aquello era
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Page 179 and 180: —Esta casa ha pertenecido a mi fa
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Page 195 and 196: niñas.—Buenas tardes, ¿Qué es
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Page 241 and 242: dudosa.Susan observó a la joven al
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al fin se lo revelase.Era una tarde
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Aaron observó como el duque de Syl
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y fue inmediatamente a su despacho
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entraron en aquel estudio y se escu
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22—Así es —afirmó Susan ahora
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Así lo había imaginado, tenía qu
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descendencia que él, le hacían co
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pequeña casa donde instalar a la m
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manera de acercarse a ella. Si, deb
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demasiadas libertades en esta casa
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bien era cierto que no estaba compl
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pero para su absoluto pesar tampoco
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cada vez creo que doy un paso hacia
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de ella que la evitase a toda costa
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dejado de quejarse por aquellos fue
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pronto volverá a quedar de nuevo e
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mencionado que no debe preocuparse,
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—La misma —afirmó acercándose
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lo mejor que puedes hacer por ella
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24En el momento que Susan se encont
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qué piensas algo así? —pregunt
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—Le enviaré una nota al duque av
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nuevo volvían a estar juntos.Tal v
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—Buenos días mi lady —anunció
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constatar ese atisbo de duda que co
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extremadamente bien —puntualizó
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25Susan nunca había estado en la h
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no suceda debía guardar absoluto r
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pero quizá estaba sacando conclusi
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Después de cenar Aaron se encerró
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esposa—. ¿Es lo que quieres Susa
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—contestó Aaron con tanta calma
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—Buenos días, querida —dijo aq
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pecho.Sintió el roce de aquella le
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sobre que tarde o temprano aquello
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carruaje se detuvo y vieron que hab
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que cada día que pasaba, aquella s
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Y era verdad, todo iba bien porque
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difícil expresar con palabras algu
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su doncella se lo advirtiera, ni ta
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sencillamente me apartases de tu la
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mi.Aaron se inclinó sobre ella y b
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Tantas cosas habían cambiado desde
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en mi. Tendré a este hijo y seguir
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—Gracias Emily —susurró y mir
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ellos, porque hasta la fecha las ve
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—Anoche hubo un incendio en una d
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Se retiró a descansar a media tard
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Susan abrió los ojos y el dolor qu
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sabía cuanto tiempo más podría a
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inmediatamente. ¡El jamás antepon
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magnitud del incendio… solo tú e
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en aquel momento no quería ver. Vi
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Fin.
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Avance de La Quinta EsenciaDos año
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Jamás había pensado que aquel duc
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La calma con la que lord Barric hab
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AUTORA DE LA OBRAPhavy Prieto es un
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