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El-sexto-sentido-Ordinales-4-Phavy-Prieto

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pero quizá estaba sacando conclusiones precipitadas.

—Sé que no puedo acusarla sin pruebas y también sé que igual me puedo

estar equivocando, pero hay algo… no sé ni qué es, pero me hace pensar que

fue ella.

—Si quieres un consejo, es mejor que no menciones nada de esto hasta estar

segura. Podrías poner en tu contra a tu propio esposo o buscar la ruina a una

mujer que es inocente de tus acusaciones —contestó Emily calmada.

No podía considerar inocente a alguien que maltrata a unas niñas con castigos

severos. Tal vez esa era la razón de su poca empatía hacia aquella mujer, que

era incapaz de verla como alguien gentil y bondadoso. Quizá Emily pudiera

tener la generosidad de ver gentileza en todos, ella hasta la fecha también la

tenía, pero por su parte empezaba a creer que definitivamente no existía tal

gentileza en la señora Edna.

Probablemente solo necesitara encontrar un culpable con quien desatar toda

esa amargura que la consumía por sentirse aún culpable de perder a su hijo,

quien sabe si todas aquellas conjeturas eran solo producto de su imaginación

puesto que la señora Eloise no había mencionado que aquella tarde echara las

hierbas en el té que sirvió, pero fuera cual fuera la respuesta, lo cierto es que

seguía sin confiar en esa detestable mujer que la miraba con desprecio.

Finalmente de regreso a casa, Susan y Aaron pasaron por Hyde Park para dar

un leve paseo antes de que el frío comenzara a ser demasiado intenso.

—Hacía tiempo que no venía por aquí —confesó Susan tratando de iniciar

una conversación.

—Lo cierto es que yo tampoco. Mis negocios absorben demasiado tiempo —

contestó con la mirada al frente.

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