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El-sexto-sentido-Ordinales-4-Phavy-Prieto

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mientras felicitaba a lord Buccleuch por el compromiso y le pareció extraño

no haberlos visto con anterioridad juntos, pero teniendo en cuenta que su

futuro esposo no solía frecuentar actos sociales no le pareció extraño.

Probablemente el esposo de Emily y lord Buccleuch fueran socios.

La música comenzó a sonar de nuevo y los presentes se alejaron para dejar a

la recién pareja comprometida iniciar el baile. Resultaba extraño para Susan

ser observada por todos los presentes y aún tenía ciertos vestigios de temblor

en sus manos, pero por suerte para ella los pasos del duque eran firmes, y la

guiaba con tanto tesón por la pista de baile que tenía la convicción de que,

aunque desfalleciera, él no permitiría que se cayese.

Los dedos firmes en su cintura le aseguraban que la agarraba con firmeza y

sostenía su mano con tanta delicadeza que incluso lograba estremecerle.

Nunca se había parado a analizar de aquella manera a su pareja de baile, pero

quizá el silencio que ambos mantenían le propiciaba hacerlo.

—¿Son usted y el duque de Sylverston buenos amigos? —preguntó Susan

tratando de romper aquel inquietante silencio. Tal vez de aquella forma se

olvidara de que estaban siendo observados.

—Si —afirmó el duque alzando la vista y mirándola directamente a los ojos

—, mantenemos varios negocios desde hace años que han prosperado

gratamente.

—Debo suponer entonces que mi amistad con la duquesa de Sylverston es de

su agrado —replicó Susan retándole con la mirada.

—Desde luego —afirmó complacido—, y lo sería la de la señorita Arched si

no fuera porque su hermano parecía querer cortejarla.

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