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El-sexto-sentido-Ordinales-4-Phavy-Prieto

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pero no le dio mayor preocupación puesto que la dama a pesar del desmayo

se encontraba en perfectas condiciones y su pulso era fuerte. La perdida de

sangre era normal dadas las circunstancias, por lo que le dio indicaciones a

las doncellas sobre como actuar, indicando los lavados que debían hacerle y

las gotas que la duquesa debería tomar durante los siguientes siete días

además de guardar reposo absoluto al menos los siguientes dos días.

Transcurrida esa semana, volvería a visitarla para corroborar que todo estaba

perfectamente.

—Muchísimas gracias doctor —afirmó Gladys agradecida.

—No hay de qué. Asegúrese de que no se salte ni una sola de las comidas, ha

perdido bastante sangre y debe recuperarse a pesar de que no presenta ningún

síntoma de debilidad.

—Por supuesto doctor Robbins, yo misma me aseguraré de que coma

abundantemente —insistió la mujer.

—Déjenla descansar durante unas horas, ahora duerme profundamente, pero

si no despierta en la mañana, utilicen las sales para conseguir que lo haga. Es

muy importante que tome las gotas.

—Así lo haremos —afirmó Gladys ocupándose personalmente de asistir a

lady Susan. Para ella, aquella dama era casi como una hija teniendo en cuenta

los años que llevaba a su lado.

Conforme bajaba las escaleras el doctor Robbins para marcharse de nuevo a

su casa, Aaron escuchó el sonido y salió apresuradamente del salón aún con

la copa en la mano.

—Su excelencia —afirmó el doctor Robbins con evidentes signos de

cansancio—. No debe preocuparse, su esposa se encuentra bien. Es una mujer

fuerte y sana, superará perfectamente esta pérdida y estoy seguro de que

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